Calor para combatir el asma

De estar prácticamente enganchadas al inhalador, Maria y Joana, enfermas asmáticas graves, han pasado a llevar una vida normal. No están curadas pero han dejado, por ahora, en un cajón su dilatador bronquial, al que se refieren como "tratamiento de rescate". Este milagro se ha obrado gracias a un innovador tratamiento que aplica de forma pionera en España el Hospital de Sant Pau de Barcelona y que consiste en aplicar calor por vía endoscópica en el interior de los bronquios. La técnica, denominada termoplastia bronquial, es ambulatoria y se reparte en tres sesiones, y, "en principio no hay necesidad de repetirlo", según ha explicado el doctor Alfons Torrego, responsable de la Unidad de Broncoscopia del hospital barcelonés. La termoplastia no requiere ninguna incisión ya que se introduce el broncoscopio, que lleva incorporado un aparato de radiofrecuencia, aprovechando el orificio natural de la boca o la nariz y, una vez en la zona afectada, despliega una pequeña cánula a través de la que irradia el calor en el músculo inflamado. El objetivo es disminuir la contracción muscular de los bronquios y, por lo tanto, mejorar los episodios de broncoespasmo que causan las crisis de asfixia y los síntomas del asma. El Hospital de Sant Pau ha aplicado con éxito la técnica a cinco pacientes. "A mí me ha salvado la vida", explica María, que utilizaba hasta diez veces al día el inhalador y que llevaba 33 años acudiendo al centro para aliviar los síntomas de la enfermedad. A Joana, la primera en recibir el tratamiento, también le ha cambiado radicalmente el día a día. "Es como si me hubieran, de repente, quitado un tapón. Aún no me lo creo", comenta la paciente, natural de Sort (Lérida).