energía
El cierre de Garoña y las dudas del sector del carbón desploman la producción de energía eléctrica un 15 por ciento
Las caídas en el sector nuclear y térmico quedan amortiguadas con los aumentos registrados en la hidráulica, por el incremento de las lluvias, y la eólica
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La producción de energía eléctrica en Castilla y León sufrió el año pasado un duro revés, con un desplome del 15,1 por ciento motivado por el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) y por la incertidumbre que vivió ... el sector del carbón, que afectó al funcionamiento de las centrales térmicas de las provincias de León y Palencia.
La última memoria anual del Ente Regional de Energía (Eren) recoge que la producción bruta de energía eléctrica en la Comunidad se situó a lo largo de 2013 en 30,2 millones de megavatios hora (MWh) frente a los 35,6 millones del año anterior. Una caída que ha supuesto que la región haya perdido peso en la producción de energía en España, al ceder 1,5 puntos hasta el once por ciento del conjunto del país.
El cierre de Garoña significó que la producción bruta de energía eléctrica en la provincia de Burgos descendiera en el último año un 38,7 por ciento, el mismo porcentaje que a nivel regional puesto que es la única central existente en Castilla y León. La nuclear generó en 2012 más de 3,8 millones de megavatios, una cifra que se quedó en cero el ejercicio anterior. El cese de actividad de la instalación burgalesa también tuvo su efecto en el sector a nivel nacional.
Las centrales nucleares españolas aportaron en 2013 el 20 por cierto de la electricidad en España y se trata de una energía que concentra el siete por ciento del total de la potencia instalada en el país. Los 56.815 gigavatios hora (GWh) que generaron las centrales fue un 7,6 por ciento menos que en 2012, debido a la parada de recarga de cinco reactores pero, sobre todo, por la situación que atraviesa Garoña que, hasta 2013, aportaba una energía muy estable, sin oscilaciones.
Una situación que puede cambiar para los próximos años después de que Nuclenor, la sociedad participada al 50 por ciento por Endesa e Iberdrola, solicitara a finales de mayo al Ministerio de Industria, Energía y Turismo la renovación de la autorización de explotación de Santa María de Garoña hasta marzo de 2031. Una solicitud que está pendiente del informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que debe determinar las condiciones de seguridad de la instalación.
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