medio ambiente
«Intentamos que el fuego no llegara a las casas, pero entró por otro lado»
Las llamas han arrasado el 90 por ciento de Villardiegua de la Ribera, en pleno parque de Las Arribes, donde han ardido casi 2.000 hectáreas
viky esteban
Una nube inmensa de humo, como si de niebla del mes de noviembre se tratara, cubre todavía las localidades de Villardiegua de la Ribera, Villadepera y Moralina de Sayago , en pleno corazón de Los Arribes del Duero en la provincia de Zamora ... . Son los rescoldos de fuego que el jueves comenzó en Portugal y poco después saltó a España con gran virulencia, avivado por el viento reinante. Después de un intenso y frenético trabajo de efectivos de extinción y de los propios vecinos, ya se ha estabilizado?? tras calcinar cerca de 2.000 hectáreas de terreno, pertenecientes en su mayoría al Parque Natural de Los Arribes del Duero y, por tanto, de un alto valor ecológico.
Los lugareños ya dicen que no recuerdan un incendio de semejante magnitud y que pasaran más de 40 años hasta que la zona vuelva a adquirir el esplendor que las llamas se han llevado por delante. Villardiegua de la Ribera se ha llevado la peor parte: el 90 por ciento del término municipal de esta localidad fronteriza con Portugal ha sido calcinado por las llamas. Villadepera ha visto afectado el 40 por ciento de su territorio, mientras Moralina también ha sufrido la ferocidad de las llamas que asolaron en la tarde del jueves la zona; y del otro lado del río, en Carbajosa, ya descansan tranquilos porque finalmente el fuego no ha conseguido sobrepasar el río.
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván , visitó la zona ayer por la mañana y tras otear desde un helicóptero el área afectada dijo que el fuego había afectado a un perímetro de unos 20 kilómetros y que la superficie quemada podía rondar las 1000 hectáreas. Sin embargo, alcaldes de las localidades más afectadas aseguran que el área arrasada sobrepasa las 1800 hectáreas. Hasta el momento se trata del incendio más grave en lo que va de año.
Ganado calcinado
Trinidad Luis y su marido son unos de los ganaderos más afectadas por el incendio en Los Arribes del Duero , concretamente en la localidad zamorana de Villardiegua de la Ribera . Este matrimonio, de unos 50 años, ha perdido su cabaña ganadera, el pasto y el alimento de sus animales. Trini y su esposo se acercaron ayer a las 9.00 horas a la nave en la que guardaban parte de su ganado para ver en el lugar el estado en el que había quedado aquello tras el paso de las llamas. El resultado no pudo ser peor: 16 terneros calcinados, un perro abrasado y la nave derruída pasto de las llamas. La ganadera temía a esa hora que otras 10 reses que se encontraba en el monte hubieran corrido la misma suerte. «Me han dicho algunos vecinos que estaban muertas…No sé, no sé nada», se lamentaba la mujer.
La hija del matrimonio tampoco pudo contener las lágrimas al entrar en la nave y ver a los terneros esparcidos por el suelo. Los pocos vecinos que se encontraban a esa hora de la mañana en Villardiegua de la Ribera acudieron hasta el lugar para ofrecer su ayuda y apoyo a estos ganaderos sayagueses.
«¡Qué mala suerte, los habían vendido y se los venían a buscar la semana que viene!», se lamentaba uno de los lugareños, quien, a renglón seguido, recordaba qué poco pudieron hacer el día anterior por la cabaña ganadera, ya que «estábamos intentando todos que el fuego no llegara a las casas por la otra parte del pueblo y, cuando nos quisimos dar cuenta, entró por aquí» y calcinó la nave con las reses en su interior.
El alcalde, Antonio Fernando , y su hijo, Luis Fernando , son dos de los muchos vecinos de Villardiegua que permanecieron en su pueblo el jueves cuando el incendio alcanzo el nivel 2 y las autoridades aconsejaron el desalojo del mismo. «Nosotros y otros tantos vecinos nos quedamos. Sobre todo la gente joven. Lo que hicimos fue intentar que las llamas no llegaran a las casas y que no se quemaran. Al menos evitar eso», recuerda ya sin el fuego encima, pero con el penetrante olor a quemado y a humo impregnándolo todo.
Mientras los más jóvenes intentaban apaciguar el fuego, los mayores y niños huían del pueblo en coches particulares hacia Moralina. Desde ahí, fueron conducidos a Bermillo de Sayago, donde unas ochenta personas pasaron la noche en pabellón polideportivo.
«Los niños tenían miedo»
Saro Rodrigo, que se encontraba a la hora del incendio en Villardiegua con sus hijos, decidió salir del pueblo con otros pequeños en su coche porque «los niños ya estaban muy asustados». En el pueblo, el aire se hacía irrespirable por la densa y cercana nube de humo. Todos juntos pasaron la noche en Bermillo de Sayago. «No hemos dormido en el pabellón habilitado para los desalojados, nos hemos ido a la casa de una señora que no conocíamos de Bermillo y allí hemos dormido. Estamos muy agradecidos a la gente de Bermillo porque nos han tratado muy bien», recuerda, agradecida, Sara.
Y es que en Bermillo de Sayago , cabecera de comarca, se instaló el operativo para los desalojados de Villardiegua. Los voluntarios de Protección Civil y los vecinos de esta localidad convirtieron el pabellón municipal en un «gran hogar» improvisado para dar cobijo a las 300 personas que fueron desalojadas de Villardiegua, la mayoría turistas y veraneantes, aunque no todos acudieron allí.
El pueblo enteró se volcó con las 80 personas que finalmente cenaron en el polideportivo, ya que el resto se alojaron en casas de familiares en otros pueblos cercanos, mientras algunos permanecieron en Villardiegua luchando contra las llamas. «El panadero apareció allí con un montón de barras, las tiendas de alimentación nos ofrecieron todo lo que tenían, la gente trajo comida de casa…». Así relataba un vecino de Villardiegua el trato recibido en el pueblo vecino.
Precisamente, el alcalde de Villardiegua quiso ayer manifestar su agradecimiento a Bermillo por su cálida acogida y también a los vecinos de los pueblos de Torragamones, Villadepera y Moralina -los dos últimos también afectados por el fuego- que acudieron a sofocar las llamas cuando el incendio entraba en la provincia de Zamora a través de Villardiegua.
«Intentamos que el fuego no llegara a las casas, pero entró por otro lado»
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