tribuna libre

¿Redujo Aznar los impuestos sobre la renta?

«Como resultado de su reforma del IRPF, la presión fiscal media del impuesto subió en España desde el 14,9% al 17,2»

zenón jiménez ridruejo

10/06/2013
Actualizado a las 08:59h.

Las palabras en economía no lo son todo. Las afirmaciones económicas deben ser refrendadas por los hechos. La capacidad predictiva de los discursos teóricos pasa por el tamiz del contraste empírico. El tiempo no puede añadir confusión sino proporcionar certezas. Estas aseveraciones vienen a colación ... con algunas afirmaciones recientes que, por repetidas, no dejan de ser inciertas. El presidente Aznar se ha manifestado con alguna contundencia en relación con la necesidad de reducir los impuestos sobre la renta de las personas físicas, poniendo un especial énfasis en el ejemplo proporcionado por su «reforma fiscal» de 1998. En su opinión, la reducción nominal de los tipos impositivos del IRPF fue un elemento determinante de la recuperación posterior de la economía española.

Existen pocas dudas sobre el beneficioso efecto de la reducción del impuesto sobre la renta en el consumo de las familias y, por ende, en la demanda nacional. Pero los fundamentos teóricos y todos los estudios empíricos disponibles revelan que dicha medida aumenta inevitablemente el déficit presupuestario. Es decir, los ingresos asociados a la elevación de la actividad son insuficientes para compensar las caídas de la recaudación. Así pues, reducir la presión fiscal en estos momentos no contribuiría de ninguna manera a la estabilidad presupuestaria.

Pero no es la capacidad de la política fiscal el motivo de este artículo. La cuestión clave es, por el contrario, si redujo el Presidente Aznar la presión fiscal de los españoles, algo de lo que presume hoy frente a Rajoy, cuando disminuyó los tipos nominales del impuesto en 1998. Tal vez él no lo sepa, siempre hay que conceder el beneficio de la duda por ignorancia o desinformación, pero contundentemente la respuesta es no. La reforma fiscal del Presidente Aznar que minoraba los tipos nominales, no solo no redujo la presión fiscal de los españoles, sino que la elevó significativamente. Los resultados disponibles de los estudios realizados posteriormente con datos de la Agencia Tributaria no dejan lugar a dudas. El Presidente Aznar, que hoy presume de coherencia, tampoco cumplió con su programa electoral. Entre 1998 y 2002, como resultado de su reforma del IRPF, la presión fiscal media del impuesto subió en España desde el 14,9% hasta el 17,2%.

El origen de tal elevación fue la modificación estructural del impuesto, y la no deflación de los tramos impositivos, los mínimos exentos y las deducciones, en los períodos siguientes. En una etapa en que la inflación creció un 13%, muchos ciudadanos superaron el mínimo exento, perdieron capacidad relativa de deducción y/o excedieron los umbrales de los tramos impositivos sin la correspondiente compensación. Puesto que la presión fiscal media, en el período señalado, se elevó menos para los grupos de renta más elevada (solamente un 0,2% para la decila 10), y mucho más para los declarantes de rentas más bajas (el 59,0% para la decila 1), la consecuencia inequívoca es que resultaron beneficiadas las rentas más elevadas y las Comunidades con mayor proporción de «ricos» y menor proporción de «pobres».

El efecto de la reforma del Presidente Aznar no sólo no redujo los tipos medios del impuesto en el conjunto del país, como teóricamente se anunciaba, sino que terminó aumentando la presión fiscal para todos, beneficiando a las rentas más elevadas y a Comunidades con mayores niveles relativos de renta declarada. La inconsistencia entre el discurso de entonces y los efectos finales de su política tributaria es un argumento más de la falta de credibilidad que debemos asignar a sus palabras de hoy. Que los gobiernos socialistas posteriores tampoco compensaran totalmente la deflación, pese a ir en su programa electoral, no hace sino confirmar que los políticos deben ser evaluados por lo que hacen y no por lo que dicen.