El burgalés Diego Quemada-Díez competirá en el Festival de Cannes

«Rebosando de felicidad»

El cineasta confesó estar «rebosando de felicidad» por poder estrenar su película en el festival más importante del mundo, lo que consideró «una recompensa increíble tras muchos años de trabajo y esfuerzo». Apuntó que a través del film ha tratado de «dar voz a emigrantes y niños, personas que están un poco olvidadas por la sociedad». « Esto permitirá que su voz sea escuchada , porque vamos a poder conseguir mejor distribución en todo el mundo. Sólo haber sido seleccionados hará que mucha gente se interese y quiera ver la película», apuntó.

«Estamos haciendo un tipo de películas que son muy diferentes a la industria de Hollywood. No son de evasión o de entretenimiento, sino que de alguna manera tratan de abordar la realidad que vivimos y hacernos reflexionar sobre ella. No utilizamos actores famosos, no tenemos grandes presupuestos... y el mercado está muy controlado por las películas estadounidenses. Haber sido elegidos para Cannes nos hace muy felices porque la gente podrá ver la película y se creará reflexión en torno a estos temas que queríamos plantear», añadió.

De la mano de Ken Loach

Con una intensa trayectoria profesional a sus espaldas, Diego Quemada-Díez llegó al mundo audiovisual trabajando como j efe de producción en los anuncios que dirigía Isabel Coixet. Su primer trabajo en el cine llegó de la mano de Ken Loach en «Tierra y libertad», como asistente de cámara del director de fotografía, y un año después se marchó a Estados Unidos para rodar «Cosas que nunca te dije», el segundo largometraje de Coixet.

El realizador burgalés decidió proseguir con su carrera allí, y se graduó en Cinematografía en el American Film Institute. Tras rodar su corto de graduación («A table is a table», 2001), fue su trabajo como operador de cámara de Rodrigo Prieto en la película «21 gramos» (Alejandro González Iñárritu, 2003) el que le abrió las puertas para trabajar al lado de cineastas como Fernando Meirelles, Tony Scott, Oliver Stone o Spike Lee, entre otros.

En 2006 estrenó su segundo cortometraje como director, «I want to be a pilot», que tras su paso por el Festival de Sundance cosechó medio centenar de premios internacionales, y ese mismo año dirigió su cortometraje documental «La morena». En 2010 recibió una de las becas de Cinéfondation para participar en el Atelier del Festival de Cannes (el certamen organiza reuniones individuales a los elegidos con productores, distribuidores y Fondos de Ayuda para ayudarles a sacar adelante sus proyectos) para poner en marcha el rodaje de su primer largometraje, «La jaula de oro» , que acabó filmando en Guatemala, Chiapas, el Istmo de Tehuantepec, el Valle de México, Baja California y Wyoming (Estados Unidos) a comienzos de 2012.