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Al fondo del aborto

Cuando la cultura de la muerte se impone como una conquista de la libertad, nuestra propia condición humana se debilita hasta perecer

Infames y deshonrados

AL fondo del aborto, como en general de lo que Juan Pablo II –¡ay, aquellos Papas «obsesionados» con el aborto!– llamó en «Evangelium Vitae» cultura de la muerte, subyace el problema de la libertad humana, antaño concebida como un don divino que nos permitía elegir ... moralmente y renunciar al mal. Con este concepto de libertad acabaría el liberalismo, que al modo pagano volvió a hacer del hombre la medida de todas las cosas, exhortándolo a deshacerse de todo cuanto lo limita en el proceso de fortalecimiento de su «yo»: así, en aras de ese «yo» soberano y autónomo, se exaltaron los deseos más torpes y las ambiciones más egoístas; y el Estado se vio obligado a garantizar su plena y omnímoda «realización».

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