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EL RECUADRO

Suárez Illana

Si la Transición fue obra de Suárez, el reconocimiento unánime de los méritos de su autoría ha sido obra de su hijo

Antonio Burgos

Me acuso, padre, que al principio no lo comprendí. Creí que sobraba la rueda de prensa que convocó urgentemente Adolfo Suárez Illana para anunciar que a su padre le quedaban 48 horas de vida. Creí que con ello Suárez Illana inauguraba la agonía como genero ... periodístico, al ver que se agolpaban a la puerta de la clínica Cemtro las camionetas de las televisiones con la antena parabólica en el techo para retransmitir aquello en directo, vamos, como si fuera el parto de la niña de la Pantoja. Me olvidaba que la agonía como género periodístico se inventó en los días finales de Franco. No pensé que era como una pescadilla que se mordía la cola: que la vida del que desmontó el franquismo acababa retransmitida en directo, igual que la del dictador que lo creó. Suárez Illana era, en una sola pieza, el equipo médico habitual y la lucecita del Pardo.

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