Suscribete a
ABC Premium

Una joven afronta 4 años de cárcel por rapar la cabeza a una amiga en un castigo gitano

Una joven de Barcelona se enfrenta a una condena de más de cuatro años de prisión por haber cortado el pelo a tijeretazos a una amiga de quien sospechaba que tenía una relación con su novio, en

Una joven de Barcelona se enfrenta a una condena de más de cuatro años de prisión por haber cortado el pelo a tijeretazos a una amiga de quien sospechaba que tenía una relación con su novio, en cumplimiento de una ley gitana que aplica ese castigo a las mujeres que se entrometen en un matrimonio.

En la Audiencia de Barcelona se ha celebrado hoy el juicio contra María Magdalena G., quien no ha tenido reparos en reconocer que cercenó la melena a la víctima para castigarla, pero ha insistido en que su amiga no se resistió a que le cortaran el pelo porque, aunque es paya, conoce esa tradición gitana y la acató.

La procesada sometió a Beatriz D. a la ley gitana en noviembre del año 2005 durante una fiesta de cumpleaños que celebró en su casa, situada en el barrio La Marina del Port de Barcelona, y a la que asistieron varias amigas de ambas chicas que, impasibles, presenciaron el corte de pelo sin hacer nada por impedirlo.

María Magdalena G. le quitó el teléfono móvil a su amiga y, cuando comprobó que había recibido una llamada de su novio, tiró el teléfono al suelo, la abofeteó y de un empujón la obligó a sentarse en una silla, donde con unas tijeras le cortó el pelo a trasquilones.

"Me lo dejó sin arreglo, si no es que me rapaba la cabeza", ha explicado la víctima, que ahora lleva una melena de extensiones hasta la cintura.

La chica, que abandonó el barrio junto a su familia durante dos semanas a raíz del trauma que le provocó el corte de pelo, ha afirmado que hasta ese día desconocía el castigo previsto por la tradición gitana, pero que de todas maneras no lo habría acatado por no pertenecer a esa etnia.

Y el novio de María Magdalena G. estaba "casado y con hijos", según la denunciante, que ha afirmado que el entorno de la procesada la ha amenazado con represalias una vez termine el juicio.

Además de un delito contra la integridad moral y dos faltas de lesiones y daños, la fiscalía pide que la procesada sea condenada también por detención ilegal porque, en su opinión, mantuvo a Beatriz D. contra su voluntad no sólo mientras le iba arrancando mechones, sin ningún gusto estético, sino durante un rato después.

Para el fiscal, en este caso "es más grave el corte de pelo que las bofetadas", por lo que supone de atentado a la dignidad de la persona y porque recuerda "otras épocas" en que se aplicaba ese castigo para humillar a las mujeres consideradas reprobables.

La defensa, por su parte, considera que el corte de pelo no tiene "tanta importancia" como mantienen las acusaciones, lo que lo demuestra el hecho de que ninguna de las amigas presentes en la fiesta moviera un dedo para impedirlo, y propone para María Magdalena una pena de multa por tres faltas de daños, lesiones y vejaciones.

Todas las amigas de denunciante y procesada que acudieron a la fiesta de cumpleaños han insistido en que el castigo se aplicó sin violencia: "fue una conversación entre ellas, y no era cuestión de alarmarse", ha comentado Estefanía, una de las testigos.

Sobre su actitud pasiva durante los hechos, las jóvenes han argumentado que no quisieron inmiscuirse en la discusión entre las dos mujeres. "No hicimos nada porque es una cuestión de gitanos, y si alguien se mete ahí...", ha añadido otra testigo.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación