Los libros digitales se instalan con polémica en las aulas

El colegio gallego Junior´s ha sido el primero de España en introducir los libros digitales en las clases . Hace un par de años se comprometió a formar parte del proyecto «E-volución»", una experiencia piloto en la que los alumnos de cuarto de Secundaria intercalaban en el aula el formato digital con el tradicional, el papel. « Los alumnos aceptaron con mucha naturalidad trabajar con el libro electrónico, puesto que están familiarizados con el uso de estas herramientas en otros ámbitos de su vida diaria», asegura Miguel Rey, director del colegio Junior´s. «El aprendizaje no tiene porqué ser más rápido, pero sí más motivador»

Por este motivo, en el nuevo curso que acaba de empezar, los alumnos desde primero de ESO hasta segundo de Bachillerato utilizarán en las aulas solo su tablet. Los libros de texto ya no entrarán en sus mochilas, lo que supone, dicho sea de paso, quitarse un peso de encima y un gran alivio para la espalda de los escolares. «Sabemos que esta medida será un éxito y que los estudiantes no encontrarán dificultades en recibir cada asignatura únicamente a través de este nuevo soporte —asegura Miguel Rey—. Es más, el aprendizaje se hace más atractivo, puesto que a través del libro electrónico acceden a pantallas explicativas con sonido, a vídeos, diccionarios...».

Eso sí, los profesores son los que han tenido que recibir una formación específica para manejar con soltura y aprovechar todas las posibilidades que les ofrecen estas nuevas herramientas para sus explicaciones.

La opinión de los padres

Y los padres, ¿qué opinan al respecto? Desde Ceapa (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos) aseguran que ya en su momento mostraron cautela cuando desde el Ministerio de Educación se presentó la alternativa de la «Escuela 2.0», con lo que se suponía que sería una renovación del sistema tradicional de enseñanza. «Al final, la iniciativa se desinfló, a pesar de que algunas consejerías han trabajado más en ello», apunta Jesús María Sánchez, presidente de Ceapa.

Desde esta confederación añaden que la utilización del iPad es una posibilidad muy atractiva y que la mayoría de los centros están estudiando cómo trabajar en esta línea por las grandes posibilidades que ofrece en la enseñanza. Sin embargo, los padres también manifiestan sus reparos. «Es evidente que existe una brecha digital y no sabemos si el funcionamientos de los libros electrónicos será igual de eficaz en los colegios rurales que en los urbanos. También hay dudas —matiza Jesús María Sánchez— acerca del wifi, sobre la emisión de sus radiaciones , puesto que hay estudios europeos que aseguran con datos que es muy perjudicial, mientras que otros informes demuestran que son inofensivos para la salud de los alumnos. ¿En qué quedamos?».

Otro asunto que tampoco les queda muy claro es el software que se utilizarían y en qué cuantía sufragaría el Ministerio de Educación el coste de las licencias de los contenidos. Los profesores siempre supervisan a los alumnos cuando se conectan a internet

También temen que sus hijos puedan conectarse a internet fácilmente y entrar a contenidos inadecuados . «Para solucionarlo —apunta el director del colegio Junior´s— los alumnos no tienen acceso a internet fuera del centro, y en clase el uso de la red se hace siempre bajo la supervisión del profesorado».

Las distracciones del estudiante tampoco deben ser fuente de preocupación. «Es labor del profesor que los alumnos sepan que las aplicaciones están destinadas al estudio —asegura Pablo Sánchez, coordinador de Tic´s del colegio Casvi —. Esas herramientas les permiten explicaciones más atractivas con gráficos e imágenes en 3D, vídeos, subrayados sobre la pantalla... Con ello se logra, no que el aprendizaje sea más rápido —lo que depende de la capacidad de los alumnos—, pero sí más atractivo y motivador».

Tampoco pasan por alto las advertencias de los Colegios de Ópticos-Optometristas, que aseguran que el uso diario de las tabletas electrónicas en las aulas «está provocando un incremento del número de estudiantes con problemas visuales ».

Coste menor

Respecto al coste, los padres muestran diversidad de opiniones. Sin embargo, los expertos aseguran que el ahorro frente al libro es palpable. «Es cierto que hay una inversión inicial al comprar el iPad, que en función de las modas o exigencias de los padres puede variar entre 100 y 300 euros, pero ese modelo les servirá para cursos posteriores. La licencia de los contenidos supone unos 150 euros, lo que se traduce en un ahorro de 200 a 300 euros respecto al libro de papel», apunta el director del colegio Junior´s.

¿Y si se le cae al alumno el iPad al suelo? «Existen seguros que lo cubren y contamos con dispositivos de sustitución para estos casos», explica Juan Luis Yagüe, director de Casvi.

De todas formas, el papel no desaparecerá por completo . Desde estos dispositivos pueden imprimir en papel para trabajar sobre un texto y, además, en todos los casos se asegura que los estudiantes tomarán apuntes y tendrán cuadernos para hacer deberes y no perder el hábito de la escritura en papel .