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Salvador Sostres - CRÓNICAS DEL ABISMO

Perder el partido

Salvador Sostres

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El 9N. El 1 de octubre. La huelga política de ayer. Los independentistas siempre han sabido que tenían a los Mossos y al Govern a su lado y están envalentonados porque se sienten protegidos por las instituciones que consideran propias.

En cambio, los que ... se sienten también españoles en Cataluña despiertan de cada promesa del Gobierno aún más arrinconados y estupefactos y si están callados es porque no saben si alguien va a estar ahí para defenderles cuando llegue el momento -que no tardará- de tener que arriesgar cosas que no tienen repuesto para sostener los discursos con la vida. Son los que en 2014 quedaron en ridículo tras meses de presumir ante sus amigos independentistas de que la votación del 9 de noviembre no iba a producirse porque el Estado es más fuerte y más listo. Son los que el domingo asistieron con la misma sensación de humillación y abandono a otra votación que, contra las repetidas declaraciones del Gobierno, también se produjo, por mucho que no pueda ser considerada un referendo. Y son los que, además, han tenido que asumir como casi propias unas cargas policiales que, si bien es falso que fueran brutales y desproporcionadas, es innegable que llegaron tarde y mal y fruto de unas órdenes improvisadas ante el estrepitoso fracaso de que los colegios electorales pudieran abrir con urnas y papeletas.

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