Garfios, pinchos en los zapatos y amenazas con el ébola: así asaltan los inmigrantes la frontera

Así lo ha denunciado el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani. Para superar la malla antitrepa instalada este verano, que «ha dado resultado», tienen que «buscar otros artilugios». De modo que, además de llevar calzados con tornillos -«Los pinchos les facilitan la escalada»-, utilizan igualmente garfios. Incluso tratan de intimidar a los guardias civiles asegurando que tienen «ébola para evitar que los agentes les toquen o no les intercepten».

Esta manera de actuar, explicó ayer Fernández Díaz, «demuestra un entrenamiento y programación de intentos de intrusión muy planificada». A juicio del titular de Interior, detrás de los inmigrantes hay «mafias criminales» que perpetran «intentos de intrusión» programados y «no en pocas ocasiones violentos».

Varios grupos de inmigrantes han intentado a lo largo de esta noche acercarse a la valla de Melilla para intentar nuevos saltos, según ha confirmado el delegado del Gobierno. Un grupo de sesenta personas de origen subsahariano logró entrar ayer en la ciudad tras varios saltos simultáneos al perímetro fronterizo.

El Barkani ha explicado en RNE la fuerte presión migratoria que sufre Melilla que en lo que va de año se ha duplicado respecto a la del año pasado. «En 2013 se registró uno cada tres semanas y ahora se producen seis al mes», ha indicado.

En el Centro de Estancia temporal de Inmigrantes (CETI) están acogidos actualmente 1.200 los inmigrantes, una cifra que casi triplica su capacidad aunque muy por debajo de como llegó a estar en el verano con 2.500 internos.