Los presos de ETA no apoyan el ayuno de sus compinches en Sevilla-II

La última escenificación de supuesta huelga de hambre tuvo como motivo presionar al Gobierno para lograr la libertad de Jesús María Uribetxeberria Bolinaga , «Boli» . Fue un fracaso porque aquellos reclusos que dijeron secundarla y se negaron a acudir al comedor, ocultaban bajo el colchón o la almohada paquetes de galletas, chocolatinas y polvorones , adquiridos en el economato, que ingerían ya de noche con la luz apagada. Otros, se comprometieron a ayunar, pero dos o tres días. Había también quien, como Arnaldo Otegi , desayunaba fuerte para aguantar luego a dieta todo el día. Otros, en días pares. Y, los más, simplemente pasaron. La mínima convicción hizo que la supuesta huelga de hambre quedara desconvocada, mucho antes de que Bolinaga pisara las calles de Mondragón.

Abandona la mitad

A la vista de ello, en esta ocasión el colectivo de presos no parece dispuesto ni a someterse en la cárcel a media pensión. Un mes después de iniciado el ayuno por los presos etarras en Sevilla -II, parlamentarios de Bildu y Aralar en Navarra han anunciado su intención de visitarlos. Pero toman esta decisión cuando varios de los reclusos han decidido volver a tomar alimento. El último en finalizar la presunta huelga de hambre ha sido Asier Arzalluz. Antes lo hicieron Garikoitz Etxeberria, Urtzi Paul, Iñaki Arakama, «Makario», y Xabier Agirre. Así que mantienen el ayuno Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, «Txikierdi», que hasta hace un año fue interlocutor de ETA en las prisiones, Iker Agirre, Gurutz Agirresarobe, Juan Mari Etxebarri, Txus Goikoetxea y Roberto Lebrero.