«Defenders of Gibraltar»

Precisamente este sábado, mientras volvían los atascos de tres horas al paso de la Verja por los exhaustivos controles de la Guardia Civil, «Defenders of Gibraltar» cumplía su primer aniversario tras constituirse como un grupo activista ante, lo que ellos consideran, «las intimidatorias tácticas de Margallo». La primera, y la que más duele al bolsillo, «los 50 euros de entrada y salida de Gibraltar», una medida aún en estudio por parte del Ministerio de Exteriores.

Gareth Gingell es su presidente, un joven de 27 años programador informático que hace un año, «tras ver la deriva que estaba tomando el PP en el asunto de Gibraltar después de ganar las elecciones», decidió constituir esta plataforma ciudadana «pacífica, pero activa: los gibraltareños durante años nos hemos acostumbrado a agachar la cabeza y necesitamos adquirir conciencia de nuevo», asegura en conversación telefónica con ABC.

Ciberactivismo en internet

Reparto de panfletos, envío de artículos impresos, ciberactivismo en las redes sociales y montar su «quiosquillo» cada sábado son algunas de sus acciones. Algunas de las imágenes que se observan son paradigmáticas: el Peñón rodeado por tres grandes manos con la bandera de España . Sus miembros pagan cinco libras al año para mantenerse informados sobre las cuestiones que les atañen.

Básicamente para «Defenders de Gibraltar» la culpa de todos los males es el PP que, así directamente, «ha vuelto a los tiempos de la política de Franco», manifiesta uno de sus integrantes, un jubilado que reparte panfletos: «Con los socialistas todo iba mejor». ¿Qué piensan de la decisión unilateral de las autoridades gibraltareñas de arrojar al mar bloques de hormigón para evitar la pesca en sus aguas próximas?, preguntamos. Rápidamente, Sandy, otra mujer jubilada que estos días ha atendido en los atascos a los conductores ofreciéndoles agua, nos muestra las bondades ecológicas de la medida, «que también se realizan en puntos de la costa española».

«Es hora de demostrar que España no puede oprimirnos» Uno de los últimos panfletos editados por «Defenders of Gibraltar» y ofrecido a los turistas es su propia denuncia y versión de las colas en la Verja. Además instan a los damnificados a denunciar ante sus autoridades «la forma que estáis siendo tratados por el Gobierno español». «Les pedimos disculpas por los retrasos que estáis soportando para salir de Gibraltar y entrar en España. Estos retrasos no tienen nada que ver con el Gobierno de Gibraltar. Están deliberadamente maquinados por las autoridades españolas por razones políticas y para ejercer presión sobre Gibraltar y sus gentes», explican al tiempo que recuerda que esta colonia británica de 29.000 habitantes forma parte de la Comunidad Europea desde 1971, mientras que España lo es desde 1986.

«Es hora de que demostremos que España no puede continuar oprimiéndonos y llamarse así mismo una democracia», es uno de sus lemas más recurrentes. Otro de sus actuales caballos de batalla es el mantenimiento del régimen actual del que gozan las compañías de apuestas en internet que, con sede en el Peñón, tienen una actividad clara en España. Se trata de un negocio con pingües beneficios y sobre el cual la Agencia Tributaria prepara medidas para evitar su evasión fiscal.

La demente «solución final» que el régimen nazi trató de impulsar para acabar con el «problema judío» tiene para «Defenders of Gibraltar» ciertos paralelismos con el anuncio del ministros de Exteriores, José Manuel García-Margallo, de impulsar controles para atajar las «irregularidades fiscales de los 6.000 gibraltareños con propiedad en Sotogrande (Cádiz)», una de las medidas anunciadas por el jefe de la diplomacia española en la entrevista en ABC titulada «Se acabó el recreo en Gibraltar» . Para Gareth Gingell tal medida sería «una discriminación que recuerda a lo que Hitler hizo al pueblo judío en Alemania antes de desarrollar su solución final».

El UKIP, en Gibraltar

¿Y del Tratado de Utrecht (1713), en el que se consagró la soberanía británica sobre el Peñón? «That damned Treaty!» ... o lo que es lo mismo: ¡Ese maldito Tratado!. Así se refieren al que consideran «un documento anacrónico, que solo debería ser del interés académico». Aquí es un punto en el que arremeten contra la dejación del Reino Unido en pos de los intereses llanitos, pues a su entender ese documento que dice que «ningún judío o moro puede poner sus pies en Gibraltar» no puede ser el texto de referencia para Londres a la hora de abordar las cuestiones de su colonia.

Aunque sin filiación política manifiesta, «Defenders of Gibraltar» nace en un nuevo contexto de nacionalismo nacido al rebufo del ultranacionalista UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido) que el pasado mes de abril tuvo su primer mitin en Gibraltar, más concretamente en el pub Lord Nelson.