La presión de Bárcenas no frenará la agenda reformista de Moncloa

La estabilidad y fortaleza parlamentaria del Ejecutivo están permitiendo a sus miembros asistir impertérritos a los vaivenes estratégicos de Bárcenas, sin mostrar ni un grado de nerviosismo. La orden en Moncloa a todos los ministerios ha sido tajante: «Más madera» a las reformas, más trabajo y más intensidad . De entrada, este viernes se aprobó una de las mayores reformas estructurales de la legislatura, la del sector eléctrico, pero habrá más.

Aceleración reformista

La semana anterior fue la ley de Unidad de Mercado y el inicio de la reforma del sistema fiscal. Siete días antes llegaba la ley de Emprendedores, y el viernes anterior, la gran reforma de las Administraciones Públicas. El Gobierno no ha quitado el pie del acelerador reformista. Su agenda se mantiene intacta, y su política, también . Como mucho, según se advierte desde la Moncloa, las reformas se acelerarán aún más. Esa es la estrategia del Gobierno y su respuesta a las presiones que está recibiendo desde distintos sectores y que no han logrado desestabilizarle ni un milímetro.

Rajoy permanece aparentemente impasible ante las acusaciones que se están vertiendo sobre él. «Está tranquilo y transmite tranquilidad», comentan en su entorno. Es evidente que sin el caso Bárcenas lo estaría aún más, pero en todo caso ya tiene decidido no entrar en una dinámica de dimes y diretes sobre las declaraciones y cambios de estrategia del extesorero. En febrero, en una declaración pública, Rajoy ya dijo: « Es falso. Nunca, repito, nunca he recibido ni repartido dinero negro ». Hizo públicas sus declaraciones de la renta, entregó las cuentas de su partido y pasó página. Desde entonces, ya no habla de Bárcenas, sino de las reformas y de la inminente recuperación.

En los próximos meses, el gran objetivo del Gobierno es que el crédito vuelva a las pequeñas y medianas empresas y a las familias, para reactivar la economía. A partir de ahí volverán las inversiones y la creación de empleo. Junto a ello, el Ejecutivo ve imprescindible que Europa «se ponga las pilas» y acelere las reformas pendientes. Aunque el último Consejo Europeo de junio se considera un éxito en Moncloa, se sigue echando en falta una mayor determinación para la unión bancaria y para activar medidas de estímulo económico.

Posible consenso

En lo que depende del Gobierno, se mantendrá el ritmo reformista hasta el final. Por delante están dos reformas clave: la de pensiones y la tributaria. Será difícil el acuerdo con la oposición, pero el Ejecutivo mantendrá su objetivo , respaldado por su «seguro» parlamentario, la mayoría absoluta del PP. Sí espera contar con el apoyo de la oposición en la accidentada ley de Transparencia (tras el boicot del PSOE espera recuperar el clima de consenso), la reforma de las Administraciones Públicas y todo el paquete anticorrupción. El Gobierno ya contaba con que la ley de Transparencia no se aprobara hasta septiembre, y espera que la «espantada» de la oposición de las ponencias no retrase más ese calendario. En todo caso, descarta aprobar una ley de esas características, que tiene detrás una gran demanda social, solo con la mayoría del PP.

En el tintero

En la agenda del Gobierno de los próximos meses también está una primera evaluación de la reforma laboral, para acometer los ajustes necesarios, sobre todo en lo relacionado con los contratos a tiempo parcial. La Ley de desindexación será otra de las grandes iniciativas que entrarán en vigor el próximo ejercicio y que acabará con la subida automática de algunos precios y costes en función del IPC.

En las próximas semanas está previsto que se culminen también la reforma de la Administración Local , la de Jurisdicción voluntaria, la que regula las Cámaras de Comercio, la ley General de Telecomunicaciones, así como la nueva ley Orgánica de Enjuiciamiento Judicial y la nueva ley de Enjuiciamiento Criminal.