La Reina afirma que «es fundamental ayudar fuera y dentro de España»

En una breve conversación con los periodistas, Doña Sofía destacó la «labor increíble y cada vez mejor» que ha realizado la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid), pero subrayó que ahora también es necesario ayudar a los españoles que están atravesando dificultades. Precisamente, eso es lo que está haciendo la Fundación Reina Sofía –que ella preside– desde que estalló la crisis.

La Reina hizo estas declaraciones después de recorrer dos orfanatos y varias escuelas financiadas por la solidaridad española. En cada uno de los centros que visitó, fue recibida con canciones y bailes tradicionales y acabó con un niño cogido de su mano –«es mi secretario», decía–. En una de las aldeas, accedió a una cabaña y probó una papilla de cereales de las que las madres preparan a sus hijos. En medio del revuelo, un niño vestido de guerrero le dio un susto tremendo, que provocó las risas de todos, cuando el pequeño salió corriendo a su encuentro y le plantó la lanza a escasos centímetros de la nariz.

La Reina visitó el orfanato Casa de Gaiato, que funciona como una gran familia para los 152 niños que viven en ella y para los 56 que, ya mayores, están estudiando fuera, pero al que vuelven en vacaciones. En esta Casa, promovida por la diócesis de Lisboa y en la que se inculcan los valores cristianos, los voluntarios españoles José Vallejo, de Jaén, y María José Castro, de La Coruña, se desviven por sacarles adelante. Dicen que pasar por este orfanato deja huella: «Yo tuve la suerte de crecer en una familia que no era la mía: en la Casa de Gaiato», recordaba uno de sus antiguos alumnos.

En otro orfanato, el de la Escuela María Auxiliadora, en Namaacha, donde viven 96 niñas, recorrió las inmensas salas-dormitorio con las camitas alineadas y perfectamente hechas, con un solo muñeco de peluche en cada una de ellas.

Antes de regresar a Madrid, la Reina se reunió con la esposa de Nelson Mandela y premio Príncipe de Asturias, Graça Machel.