Sólo el 13% de las empresas españolas apoyan la flexibilidad
Un informe de la consultora IDC prevé pocos cambios en los próximos tres años
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Las empresas españolas aún no confían ni en un modelo de trabajo flexible ni en los beneficios que proporciona: mayor productividad y ahorro de costes . Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por la consultora IDC, según el cual solo el 13, ... 2% de nuestro tejido empresarial desarrolla políticas que fomenten su implantación, «consiguiendo que los empleados saquen más partido a la jornada laboral y al tiempo libre».
«En España -Blanca Gómez, directora de Recursos Humanos de Microsoft Ibérica- todavía queda mucho terreno que recorrer para lograr que el trabajo flexible madure hasta convertirse en la opción elegida por la mayoría de las empresas». Una percepción que coincide con otro de los datos extraídos del informe: el 59% de las empresas considera que en los próximos tres años el panorama no va a cambiar en sus estructuras, lo que demuestra «inmovilidad y falta de concienciación».
Las empresas que implantan procesos de trabajo flexible apenas lo desarrollan para toda la plantilla, según IDC. De hecho, «sólo un 25% o menos de la fuerza de trabajo de las organizaciones que adoptan el modelo pueden utilizarlo», asegura.
Otro de los problemas que cita el estudio es que la mayoría de las empresas que sí optan por la flexibilidad laboral no la engloban en un marco legal. Casi la mitad, el 44,2% de ellas, ni siquiera involucra a los departamentos de Recursos Humanos, sino que suele implantarla mediante acuerdos particulares.
A pesar de «darle la espalda», la mayoría de las empresas consideran que el trabajo flexible aumenta la productividad . Hasta un 60,5% de ellas considera que es mayor. Además, el 44% de las empresas encuestadas considera que el 10% del tiempo que se ahorra en desplazamientos se dedica a trabajar, lo que supone un beneficio para la propia empresa.
A la hora de analizar las barreras que están frenando esta evolución, el estudio deja muy claro que la tecnología no es una de ellas. Las reticencias se sitúan a nivel organizativo y cultural, ya que las organizaciones consultadas se refieren a la propia política empresarial o al tipo de trabajo que se realiza para justificar la falta de implantación de medidas más flexibles.
Sólo el 13% de las empresas españolas apoyan la flexibilidad
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