EL PULSO DEL PLANETA
Apadrine una butaca
BELÉN RODRIGO
Ante el reto de restaurar un histórico teatro en tiempos de crisis, el Tivoli BBVA de Lisboa ofrece al público la posibilidad de patrocinar sus asientos
Salvar y restaurar un teatro histórico y emblemático, de los grandes, en tiempos de crisis, puede parecer una locura. ... Pero cuando el dinero escasea, hace falta tener mucha imaginación para llevar a cabo proyectos ambiciosos en lugar de quedarse sentado y resignado ante la falta de apoyos económicos. El teatro lisboeta Tivoli BBVA vuelve a demostrar el espíritu pionero de sus gestores, que han lanzado un novedoso desafío a la sociedad civil. «Mi butaca» es la campaña lanzada para recuperar los asientos del teatro inaugurado en 1924.
La productora UAU, con más de veinte años de oficio, decidió adquirir este edificio, en plena Avenida da Liberdade de Lisboa, en los últimos días del pasado año. Comenzaron por bautizar el teatro como Tivoli BBVA, a tenor del respaldo a la compra facilitado por la entidad financiera española. «Dicen que anda por ahí un joven rico y triste, y nosotros, que somos pobres, somos también muy felices», afirma Paulo Dias, director general de UAU, «porque producimos ilusiones».
En busca de tres millones de euros con ayuda de la sociedad civil
Mientras Ronaldo vocea en alto su tristeza hay otros portugueses, con mucho menos dinero, que gritan igualmente fuerte, pero con un fin bien diferente. Para recuperar el teatro hacen falta tres millones de euros, que la productora no los tiene, y con la crisis los apoyos escasean. Han gastado 300.000 euros en una primera fase centrada en la platea y la boca de escena. El resultado es impresionante. En algunos casos se trataba de limpiar, como dos fantásticas lámparas que con agua y jabón parecen otra cosa. Se han pintado las paredes y los frisos recuperando las tonalidades originales.
El paso siguiente es restaurar las butacas, y para reunir el dinero han pedido ayuda a los portugueses. «Queremos que sea el teatro de todos y para todos», cuenta Paulo Dias. Hace falta invertir entre 200 y 1.000 euros para la adopción en exclusiva durante cinco años de una o más butacas en cualquier zona del teatro, con aforo de un millar de asientos. En el respaldo se colocará una placa donde se puede introducir un texto con un máximo de 90 caracteres, elegido por sus «padrinos». «Queremos devolver el teatro a la Avenida, y hacerlo bien. Es una forma de que la sociedad civil colabore», aclaran sus propietarios.
Y esta ayuda es realmente una inversión, porque si se tienen en cuenta los beneficios que se consiguen a lo largo de cinco años, «el dinero que damos en entradas es superior al que se invierte», aclaran. Apadrinar una butaca da derecho a un descuento del 15% en la compra de entradas, visita guiada al teatro y encuentro con el elenco, todo ello siempre que sean espectáculos propios.
Según vaya entrando dinero, se irán restaurando las butacas. «No hay un valor fijo, cada asiento necesita unos cuidados especiales», aclara Sandra Faría, también directora general de UAU. «Y después de las butacas, ya pensaremos en algo más», añade. El 30 de noviembre de 2014, el Tivoli BBVA celebrará el 90 aniversario de su inauguración, una bonita fecha para conseguir hasta entonces su total restauración.
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