El BCE tiene listos hasta un billón de euros para oxigenar a la banca

«Hay una probabilidad muy alta de que se pida más», aventura Miguel Ángel Rodríguez, analista asociado de la agencia de inversión XTB, quien recuerda que se habla incluso de un préstamo de hasta un billón de euros. El propio Banco Central Europeo (BCE) ha reconocido que la cantidad que se prestará hoy a la banca europea será la misma que el pasado 21 de diciembre. Entonces, el supervisor repartió 489.190 millones entre 523 entidades , la mayor inyección de liquidez desde el nacimiento de la moneda única. Por encima incluso del «manguerazo» de 442.000 millones con que se intentó sofocar el incendio provocado por Lehman Brothers.

«Hay que pedir lo máximo posible», dijo la semana pasada el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín. BBVA ha admitido ya que pedirá lo mismo que en diciembre. «Pedimos 11.000 millones en la anterior subasta y ahora solicitaremos una cantidad similar» , dijo este fin de semana su presidente, Francisco González. Los analistas prevén que la banca española solicite unos 100.000 millones, como entonces. O quizá más: unos 123.000 millones, estima Efe.

Tienen todas las facilidades para hacerlo. El BCE ha relajado de cara a estas subastas las condiciones bajo las que concede sus préstamos. El supervisor ha abierto el abanico de activos que acepta como garantía para obtener la mencionada liquidez. Por ejemplo, deuda pública. Salvo la de Grecia, vetada ayer por el propio supervisor. En este sentido, el Tesoro Público español concedió ya avales a 12 bancos y cajas por 41.235 millones de euros, casi la mitad del máximo de 100.000 millones previsto en la prórroga de los Presupuestos.

Las entidades solo moderarían sus solicitudes para evitar ser señaladas de insolventes. Pero tanto desde el Ministerio de Economía como desde el Banco de España se les está animando para que aprovechen la oportunidad . El mensaje es que pedir no les supondrá ningún tipo de estigma.

Cuando el presidente del supervisor comunitario, Draghi, puso en marcha esta barra libre de liquidez lo hizo con tres objetivos: atajar las tensiones de liquidez en el sistema financiero, dar oxígeno a los países de la eurozona bajo presión y reabrir el grifo del crédito, cerrado a cal y canto.

«Nos da la tranquilidad de no tener que estar pensando continuamente en refinanciar nuestras deudas», explica a este diario un alto directivo de una entidad española. Las entidades han empleado parte de esa liquidez extraordinaria concedida por el BCE para afrontar sus vencimientos a corto y medio plazo . Los de la banca española, solo en 2012, ascienden a 120.000 millones.

Otra buena parte la han destinado a comprar deuda pública, en «jugadas» que se conocen ya como «operaciones Sarkozy» porque fue el presidente francés el que animó a la banca a hacerlas para ayudar a reducir las tensiones sobre los títulos soberanos de países como Grecia, Portugal, Irlanda, España, Italia y también Francia. Para las entidades es un buen negocio. Pagan un interés del 1% al BCE por ese dinero y lo invierten en títulos soberanos que garantizan una rentabilidad del 3%. La diferencia, el 2%, es puro beneficio. Eso ha permitido que, por ejemplo, nuestro país coloque más deuda y a un precio menor.

Pero sigue sin haber crédito para empresas y familias. «La primera subasta estaba muy enfocada a cubrir esos vencimientos y a rebajar la presión sobre la deuda pública», dice José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, quien confía en que este nuevo «manguerazo» permite reabrir un poco el grifo. «Pero no es la solución definitiva, porque lo fundamental es el crecimiento económico», avisa.

Economistas y banqueros dudan de que la financiación vuelva a fluir gracias a estas inyecciones. «Difícilmente el crédito puede crecer con una economía que se derrumba» , admitió este lunes el presidente de la patronal bancaria, Miguel Martín. Todos los expertos ven en estas subastas un parque, un remedio temporal.

Es el último recurso, el de emergencia. Porque los banqueros siguen sin fiarse los unos de los otros. Prueba de ello es que los depósitos de la banca en el supervisor superan ya el medio billón de euros. En la hucha del BCE les rinde solo un 0,25%. Pero prefieren eso que prestárselo a otros bancos. No saben lo que tienen los demás en sus carteras. «Lo mejor sería que cada uno pusiese sobre la mesa lo que tiene», dice Miguel Ángel Rodríguez, quien recuerda que en el caso de las entidades españolas los activos tóxicos son los del ladrillo.

No hay cifras oficiales de cuánto dinero han inyectado los Estados y el BCE a los bancos europeos en los últimos cuatro año. Pero si hoy se reparten otros 500.000 millones, en solo dos subastas se habrán inyectado al sistema un billón de euros que aún no circulan hacia la economía real.