Diez preguntas clave para bordar una entrevista de trabajo

¿Cuáles son tus fortalezas y debilidades?

Carla Arimont, socia de Seeliger y Conde, explica que esta pregunta es la clásica cuestión de autoconocimiento que siempre se formula (literalmente o en alguna de sus variantes). Sin embargo, muchas veces “pilla” por sorpresa al entrevistado, que siente especial reparo a la hora de identificar sus puntos débiles, por considerar que pueden condicionar al entrevistador.

En su opinión, “la mejor contestación a esa pregunta es cualquiera, siempre y cuando el candidato destaque que es un defecto que tiene identificado y en el que está trabajando”.

“Por ejemplo, es aceptable que alguien diga que tiene que aprender a organizar mejor su tiempo. Es algo que le pasa al 90% de los directivos. Además, al destacar que lo tienes identificado como un área de mejora, indica autoconocimiento, autocrítica y madurez. Lo que no vale es decir es que no se tiene ninguna debilidad”, explica.

¿Qué me dirían de ti tus compañeros o tu jefe?

Ésta es una forma distinta de preguntar por fortalezas y debilidades, pero con un matiz que da pistas sobre la capacidad de relación con el entorno laboral. A juicio de Arimont, en este caso hay que responder con humildad, sin olvidar que uno se está sometiendo a un proceso de selección, en el que debe ofrecer la mejor imagen posible. En ningún caso se debe criticar a un jefe o compañero y, en caso de hacerlo, deberá acompañarse la censura con una justificación o ejemplo.

¿Qué te motiva en el trabajo?

Se trata de una pregunta sobre las aspiraciones del candidato, en línea con otros ejemplos como “¿Qué pedirías en una carta a los reyes magos? o ¿cómo te ves dentro de 10 años? Dinero, poder, reconocimiento, obra social, son algunas de las motivaciones. De nuevo, se trata de una cuestión que incomoda a los candidatos y que es necesario haber reflexionado con antelación, teniendo muy en cuenta el tipo de puesto al que se opta. Si la ocupación se desarrollará en un entorno poco agresivo, donde no hay un enfoque a resultados y donde se busca a una persona que se mantenga en el puesto a lo largo del tiempo, se requerirá una persona con menos ambiciones; mientras que si se trata de entorno muy competitivo y dinámico, habrá que transmitir lo contrario.

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