Lluvia de tijeras para ver la luz al final del túnel
Los economistas lo ven claro: 2012 no será mejor que 2011. Ahora bien, un nuevo gobierno tijera en mano, con reformas y subidas de impuestos harán que 2013 sea ya otro cantar
maría jesús pérez
Estrenamos año. Estrenamos Gobierno. ¿Qué esperar? Las previsiones del consenso de economistas, organismos públicos y privados, nacionales e internacionales, respecto a la evolución de la economía española, durante este, a todas luces, complicado 2012, dentro de la globalidad europea, no son nada halagüeñas. Más bien ... todo lo contrario. De hecho, se habla otra vez de recesión. ¿ El Ejecutivo de Mariano Rajoy no ha tardado en estrenarse. Y con subidas de impuestos, algo que no entraba, ni por asomo, en sus planes, incluso tras ganar por mayoría absoluta las pasadas elecciones del 24 de noviembre y ver papeles. Tres consejos de ministros con nuevo Gobierno, y batería de ajustes. Ahora bien, todo parece indicar que en marzo, con la aprobación de los nuevos presupuestos, habrá más. Prestigiosos economistas de nuestro país analizan la situación y contestan a nuestras preguntas:
1. Qué pasará en 2012? ¿Será mejor 2013 si se toman las medidas adecuadas?
2. ¿Qué medidas adicionales habría que poner en marcha para recuperar la senda del crecimiento económico en nuestro país, para la creación de empleo y la reducción del déficit público?
Valentín Pich
«Es necesario reequilibrar y adaptar el sector público al nuevo escenario»
1. Existe unanimidad en las previsiones para el primer semestre del próximo año y hay un consenso generalizado sobre que la situación económica y social de nuestro país para este semestre será delicada. Ni las cifras de desempleo, ni la actividad económica nos darán buenas noticias. En el contexto económico internacional y en especial el europeo, la actividad tiende a decaer. Frente a este panorama nada halagüeño, destacamos como mínimo cuatro realidades positivas. En primer lugar, tenemos un nuevo Gobierno de la nación con capacidad de gestión y una amplia mayoría parlamentaria. En segundo lugar, contamos con una sociedad española concienciada sobre la gravedad de la situación y los principales partidos de la oposición responsables. En tercer lugar, las grandes líneas de la reforma, a pesar del barullo, son conocidas y existe una amplia unanimidad sobre ellas. Y en último lugar, tenemos una sociedad y una economía muy evolucionadas con capacidad de adaptación.
2. Independientemente de la transcendencia que tiene la evolución económica internacional y europea y de la evolución de las materias primas y del escenario financiero internacional, resulta determinante, como dijera Jovellanos en su momento, «remover los estorbos» que no fomenten la iniciativa empresarial y la economía sostenible, sean mentales, legales o de cualquier tipo. Por otra parte, es necesario reequilibrar y adaptar el sector público al nuevo escenario. Y, tercero, a pesar de todas las dificultades, encauzar definitivamente el papel del sector financiero versus la actividad empresarial.
Santiago Carbó
«El saneamiento de la banca y la reforma laboral son fundamentales»
1. La recesión ya se da por hecha desde instancias oficiales y por los analistas de instituciones privadas. La economía española en estos días, al igual que buena parte de las economías europeas, vive presa de una situación en la que la prioridad se centra en la austeridad en los presupuestos públicos lo que, unido a un aumento de la presión fiscal, reduce el margen para aplicar políticas orientadas al crecimiento económico. El paciente está enfermo pero antes de iniciar la rehabilitación es preciso acometer la cura. Y eso va a costar. 2012 no va a ser mejor que 2011.
2. Las primeras medidas se han orientado a contrarrestar el no menos significativo impacto que un déficit del 8% puede tener en los mercados. Se han tomado medidas duras —por la vía de los gastos y de los ingresos— pero son solo el principio porque la senda de corrección del déficit no se estaba cumpliendo. Recuperar la senda del crecimiento en el corto plazo va a costar porque depende mucho de la confianza de los inversores y ésta depende a su vez de la capacidad que tenga España de mostrar estabilidad presupuestaria y de sanear su sector bancario. El saneamiento del sector bancario y las reformas —principalmente la laboral y dentro de ésta, los cambios en la negociación colectiva y determinación de salarios—, son fundamentales.
Juan Velarde Fuertes
«A cierre de 2012, la economía habrá mejorado»
1. Efectivamente, de una situación que bordea lo catastrófico es imposible evitar que el conjunto de 2012 no sea precisamente boyante. Para empezar, está asegurada una recesión que culminará el primer trimestre de 2012, y las exigencias, por parte del resto de la Unión Económica y Monetaria, del Banco de Pagos Internacionales, o países concretos, como Alemania, van a proseguir. Pero el primer consejo de ministros de Rajoy ha sido ya valiente. Por supuesto, ante posibles reacciones de los afectados, tendrá que ser, incluso, heroico, pero si tal cosa sucede, parece evidente que cuando se cierre el año 2012, nuestra economía habrá mejorado a ojos vista.
2. Parece evidente, por lo dicho, que se van a poner en práctica medidas aun más duras vinculadas con el presupuesto. Forzosamente también que afecten al mundo energético, ampliando la opción nuclear; al mundo autonómico, eliminando intervencionismos dispares; desde luego al mundo del gasto público, convirtiéndonos en feroces disuasores de cualquier dispendio público significativo, que no afecte ni al Estado del bienestar, ni a la defensa nacional, ni a la educación. Habrá que superar, por fuerza, y con planteamientos claros para la población, multitud de reacciones populistas basadas casi siempre en socialismos utópicos trasnochados, como esas de ¡siempre pagan los mismos! o ¡Indignaos!
Javier Díaz-Giménez
«Reformas radicales en materia laboral, financiera y vivienda, mejorarán la situación»
1. A fecha de hoy, la predicción de consenso es que el crecimiento del PIB español en 2012 será cercano a cero. Pero, naturalmente, el dato final dependerá mucho de las medidas que se tomen tanto en España como en la eurozona. Y no hay razón por la que unas reformas radicales del mercado de trabajo, del sector financiero y del mercado de la vivienda no puedan mejorar sustancialmente la situación actual.
2. El nuevo Gobierno de Mariano Rajoy ha tomado ya medidas drásticas, pero habrá más, relacionadas con el cumplimiento del déficit, con la creación de empleo, con la recuperación del crédito y con la reactivación del mercado de la vivienda. Así, las medidas adicionales para favorecer el cumplimiento del objetivo del déficit público deberían ser tres: Subida del IVA —que sitúe el tipo general al menos en el 20%—; penalización de las pensiones mínimas contributivas por jubilación anticipada; y, aumento adicional del IBI.
Para favorecer la creación de empleo, habría que poner en marcha un contrato único, con una indemnización de despido creciente topada en 20 días por año trabajado y en seis meses de salario; y suprimir la cuota mínima de la seguridad social y aumento compensatorio de la cuota máxima. Esta medida debería favorecer la creación de empleo a tiempo parcial.
La principal medida para recuperar el crédito sería la privatización completa, despolitización y saneamiento de todas las cajas y saneamiento de los bancos que lo necesiten.
Y, por último, habrá que poner en marcha cuanto antes medidas destinadas a recuperar el mercado de la vivienda, entre las que estaría volver a la ley Boyer, pero complementada con un desahucio express.
Juan Carlos Martínez Lázaro
«Si se toman las medidas adecuadas, el segundo semestre será mejor»
1. Este año va a ser muy duro, sobre todo en el primer semestre, por el fuerte ajuste interno y porque todo indica que la mayor parte de la Eurozona también va a sufrir una fuerte desaceleración, cuando no una abierta recesión. En el plano interno, debemos continuar con el fuerte ajuste presupuestario, poner en marcha reformas inaplazables, como la del mercado laboral, y finalizar otras como la del mercado financiero. Y en el plano europeo, hay que solucionar de una vez por todas los problemas de riesgo soberano y de falta de liquidez del sistema financiero. Si en ambos planos se toman las medidas adecuadas, tal vez el segundo semestre podría ser mucho mejor de lo que ahora pensamos.
2. El ajuste, por duro que sea, es necesario e inaplazable, aunque nos pueda meter en recesión. Por tanto, para recuperar la senda del crecimiento lo primero es poner orden en las cuentas públicas. Pero también, culminar la reforma financiera y poner en marcha la laboral. Y a medio plazo, cambiar todo el sistema educativo orientándolo hacia las necesidades de competitividad del mercado laboral y abordar una reforma que adecue toda nuestra arquitectura institucional a la nueva situación y estructura económica. En los últimos 30 años, nuestra estructura económica y social ha cambiado totalmente, pero nuestra arquitectura institucional permanece invariable. Si además, se ponen en marcha algunos estímulos selectivos en sectores y actividades clave y de arrastre, pero sin comprometer la estabilidad presupuestaria, la recuperación y la generación de empleo llegará antes.
Ángel Laborda
«La reestructuración de las administraciones públicas va a durar años»
1. Este año va a ser continuación de los dos anteriores, es decir de ajustes y reformas. Ahora bien, hay que ser conscientes de que mientras se hacen estos ajustes la economía no puede crecer ni crear empleo. Lo estamos viendo en todas las economías que están sumidas en estos procesos. La reducción de la deuda de los agentes privados deja poco espacio para un repunte del consumo y la inversión. La digestión de la burbuja inmobiliaria hace que la actividad constructora siga en retroceso y que los bancos tengan que provisionar y sanear muchas pérdidas ocasionadas por la misma, lo que los sitúa en mala posición para captar recursos y para seguir dando créditos a las familias y empresas. El ajuste fiscal supone una contracción de la demanda agregada de la economía a corto plazo. Si a eso se une el deterioro de la economía internacional, especialmente de la europea, y las consecuencias de la crisis de la deuda soberana, tenemos por delante un año muy complicado, en el que la economía va a estar en recesión. Si este año damos un empujón fuerte a estos ajustes, la crisis de la deuda se va despejando y la economía internacional recobra la recuperación, 2013 ya debería ser mejor, pero sin alegrías. Tenemos por delante dos años duros incluso si el nuevo Gobierno y todos los agentes económicos hacen las cosas bien.
2. El proceso de reducción del déficit de las administraciones públicas va a durar años y va a requerir muchas más medidas impopulares de las que hemos visto hasta ahora. Hay que tener en cuenta que se va a hacer en un contexto de recesión o de estancamiento de la economía, es decir, que los ingresos van a ayudar poco o nada, lo que significa que habrá que meter la tijera en el gasto de forma mucho más profunda de lo que se ha hecho hasta ahora, especialmente en el ámbito de las Comunidades Autónomas.
Un tema clave, al que los políticos no se han atrevido a hincar el diente hasta ahora, es reducir el sobredimensionamiento de las administraciones públicas, tanto en organismos como en plantillas. Y hay que romper el tabú e introducir el copago en muchos servicios públicos, con la excepción de la educación primaria y secundaria. También es prioritario el saneamiento del sistema financiero, pues, sino, no fluirá el crédito que necesita la economía para recuperarse.
A la par, hay que reformar de verdad el mercado laboral y hacer un plan integral de mejora de la competitividad, que facilite y apoye a los emprendedores y haga a España una economía atractiva para la inversión productiva.
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