AJEDREZ
46 partidas de ajedrez «a ciegas»
Marc Lang, un modesto jugador alemán de 42 años, establece un nuevo récord mundial, que le lleva 21 horas
No es fácil recordar, sin verlas, la posición de 1.472 piezas moviéndose como locas sobre 2.944 casillas durante 21 horas. El «truco» para memorizar dónde está cada una y seguir jugando «a ciegas» radica precisamente en que no corren como locas, sino que mantienen una lógica que hace «más fácil» dibujar en la mente sus trayectorias . Así, hasta 46 tableros «invisibles» a la vez, cifra que permitió al alemán Marc Lang entrar en el libro de los récords el pasado fin de semana. El modesto ajedrecista —2.306 puntos Elo; los cuatro primeros del mundo superan los 2.800 y el número 100 tiene 2.651— superó en Stotheim la vieja plusmarca de Miguel Najdorf , que se enfrentó «sin ojos» a 45 rivales en 1947, en Argentina.
Aquella exhibición fue una forma de conseguir que su familia, desde Polonia, supiera que la guerra no había podido con él. Najdorf afrontó dos plusmarcas consecutivas, de 40 y 45 tableros, y después pasó un tiempo hospitalizado por el enorme esfuerzo mental , que lo tuvo al borde de la locura. La antigua Unión Soviética llegó a prohibir estas demostraciones, por insanas. Desde entonces, sabemos también que el ajedrecista es capaz de recordar las partidas, como tramas de distintas películas, pero a menudo no sabe, por ejemplo, algo tan sencillo como el color de la casilla que ocupa una pieza . El ex campeón alemán Vlastimil Hort comentó que cuando él se enfrentó a 22 oponentes en 1972 tuvo problemas de salud y le llevó medio año «volver a la realidad».
«Después de las 21 horas —contaba Lang a ABC—, me sentía muy bien y ni siquiera estaba cansado, aunque eso cambió rápidamente en cuanto llegué a casa. No recuerdo cómo me metí en la cama y desperté con la ropa y las gafas puestas . Pasados tres días, estoy recuperado después de sentirme bastante mal, aunque creo que era solo por un resfriado que me contagió mi hijo. En cualquier caso, duermo bien y no me he sentido “atrapado” por las partidas».
¿Dónde está el límite? Lang cree que no anda muy lejos, aunque insiste en que solo habla por sí mismo. «Puedo imaginarme jugando 50 partidas en un buen día, pero más... El problema es que durante la exhibición sentí más de una vez que estaba al borde del abismo. Es como si un peso enorme aplastara tu cerebro».
El alemán ganó 19 partidas, entabló 25 y perdió solo dos , frente a fuertes jugadores de club, en ningún caso pardillos reclutados en algún centro comercial. El maestro FIDE (grado inferior a los de gran maestro o maestro internacional) explicó en la rueda de prensa posterior a su proeza que el tiempo era su «peor enemigo». «Cuanto más duran las partidas, más difícil es todo» . Por eso su primera estrategia era «jugar rápido». El año pasado, él mismo batió el récord europeo, con «solo» 35 rivales, algo que sin embargo le llevó más de 23 horas.
Una aclaración: la mecánica de las partidas a ciegas obliga a que haya «intermediarios». En otros tiempos eran personas. En la actualidad el mejor aliado es un ordenador. El jugador lee en la pantalla las jugadas (Tablero 5: Cf4, por ejemplo) y escribe sus respuestas. Como contaba Mario Tallarico en un número de «Peón de Rey», durante una exhibición del alemán Friedrich Sämisch (1896-1975), una señora se sentó muy cerca del maestro y, después de un buen rato, reclamó indignada: «¡Ese hombre es un tramposo! Lo he estado observando y estoy segura de que no es ciego».
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