El «Gran Salto Adelante» de Seat en China

A finales de 2012, el objetivo es vender entre 3.500 y 4.000 coches, que serán todos automáticos e importados y costarán de 200.000 a 300.000 yuanes (de 23.350 a 35.000 euros). Con estos precios, bastante elevados en el competitivo mercado chino, “Seat persigue situarse como una marca puntera y aspira a captar a un público joven, independiente, adinerado y que valore el diseño y la tecnología”, explica el responsable del proyecto en China, Fernando Jover. No en vano, el nombre de Seat en mandarín, “Xiyate”, se puede traducir como “elegante y especial de España”, toda una declaración de intenciones para atraer a la emergente clase media urbana de China.

Con 800 millones de campesinos en las atrasadas regiones rurales del interior, la mayoría de los chinos aún malviven con míseros sueldos de entre 100 y 200 euros mensuales. Pero, gracias al extraordinario crecimiento económico de las tres últimas décadas, ya ha surgido una élite adinerada con dinero a espuertas y una populosa clase media urbana formada por más de 500 millones de personas. Aunque sus ingresos mensuales no llegan a veces ni a los de un “mileurista” español, la nueva China del consumo y el progreso es ya el mayor mercado del mundo por el que suspiran las multinacionales y, por supuesto, las grandes marcas de coches. Según las previsiones de la consultora McKinsey, en la actualidad hay 224 millones de hogares urbanos cuyo consumo asciende a 8 billones de yuanes (934.266 millones de euros), pero en 2020 serán 324 millones de hogares con un gasto de 24 billones de yuanes (2,8 billones de euros).

“China es una aventura para Seat y nos planteamos una estrategia a medio y largo plazo porque de momento queremos importar, experimentar y posicionarnos en el mercado con diseño e ingeniería y un fuerte acento español muy deportivo”, anunció esta semana el presidente de Seat, James Muir, durante el Salón del Automóvil de Cantón (Guangzhou). Precisamente, en esta populosa ciudad del sur de China se acaba de colocar la piedra inaugural de uno de los tres primeros concesionarios que abrirán sus puertas en primavera, coincidiendo con el lanzamiento en China del León durante el próximo Salón del Automóvil de Pekín, que se celebra en abril. Después, en julio, llegará el Ibiza y el Alhambra será el tercer modelo en aterrizar en el mercado chino a finales de 2012 o principios de 2013.

Seat y el socio local Grupo Hong Yue, uno de los 50 principales vendedores de coches de China al comercializar marcas como Volkswagen, Lexus y Honda, invertirán 15 millones de yuanes (1,7 millones de euros) en el concesionario de Cantón. Con una superficie de 1.000 metros cuadrados y su propio servicio post-venta, dicho local presentará el nuevo diseño de la marca. “Seat será un embajador de la cultura española, que representa apertura y modernidad”, prometió el presidente de Hong Yue, Chen Hui, junto al vicepresidente comercial de la marca española, Paul Sevin.

Dentro de su implantación en grandes urbes chinas como Pekín, Shanghái, Shenzhen, Xi´an, Chengdu y Wuhan, la elección de Cantón no es casual. Capital de la provincia de Guangdong, limítrofe con Hong Kong y Macao, esta zona industrial del sur de China está bañada por el río de las Perlas, alberga buena parte de las industrias manufactureras chinas, suma la mitad de las exportaciones del coloso oriental y concentra el 20% de la inversión extranjera directa al contar con entre 60.000 y 70.000 compañías foráneas, el mayor número de todo el país.

Cuna de las primeras “zonas económicas especiales”, que formaron hace tres décadas el embrión de la apertura china al capitalismo en ciudades como Shenzhen o Shantou, Guangdong es una de las regiones más desarrolladas de China. Su Producto Interior Bruto (PIB) la convierte por sí sola en la décimo octava economía del mundo, por encima de tres de los cuatro “tigres asiáticos”, como Hong Kong, Singapur y Taiwán, y su PIB per cápita asciende a 7.000 dólares, muy superior a los 4.382 dólares de media en el “dragón rojo”.

Aunque las exportaciones de Guangdong se han visto afectadas por la crisis, cuenta con modernas megalópolis, como Cantón (Guangzhou), Shenzhen, Zhuhai y Shantou, plagadas de futuristas rascacielos de cristal, “scalextric” con autopistas de varios niveles e imponentes galerías comerciales donde se venden las marcas más caras y lujosas del globo.

A pesar de todo este desarrollo, el desembarco escalonado de Seat en China lleva a tomar con cautela el objetivo de vender 4.000 el próximo año. La firma española basa su apuesta en el imparable potencial de tan gigantesco mercado, pero sus directivos son conscientes de la dificultad de levantar desde cero una marca que es totalmente desconocida en este país y utilizando sólo tres modelos importados.

Además del progreso chino, a su favor tiene el paraguas de pertenecer al Grupo Volkswagen, líder con 1,92 millones de coches vendidos en 2010 y presente en el país desde hace casi tres décadas con 41.000 empleados, 1.300 concesionarios y más de una veintena de modelos producidos en las siete plantas que gestiona con sus dos socios locales, FAW y SAIC. Con su asalto al mercado chino, Seat se une a las otras marcas del Grupo Volkswagen presentes en este país, como Audi, Skoda, Bentley y Bugati, y continúa avanzando hacia su globalización buscando oportunidades de negocio en las potencias emergentes para salir de la crisis.