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La negociación del segundo rescate griego reaviva la presión contra España

Bruselas estudia rebajar a Atenas el interés que paga por el rescate. S&P recorta el «rating» de la deuda helena. La tensión vuelve a los mercados y el Ibex recibe el mayor castigo de Europa

La negociación del segundo rescate griego reaviva la presión contra España AP

MONCHO VELOSO

Ayer se despertaron los mercados europeos en medio de un «déjà vu». En un bucle sin fin pero con un punto de partida claro: Grecia y su rescate financiero. Como en mayo de 2010, cuando Atenas acudió a la ayuda externa, el «virus» heleno —las dudas sobre su solvencia— se extendió ayer, de nuevo, por el conjunto de la eurozona. Todos los índices bursátiles se pusieron en «número rojos» y el euro aceleró su caída. El Ibex 35 , el parqué europeo más castigado tras el griego, retrocedió más de un 2%. Y el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán, referente de solvencia, alcanzó los 222 puntos básicos . La prima de riesgo de España, estable en los últimos meses en torno a los 190 puntos básicos, retornaba así por encima de los 200 puntos.

Portugal, Irlanda y Grecia no sufrieron mejor suerte. Los títulos del país vecino, que ultima los detalles de su rescate con Bruselas y el FMI , tocaron ayer su máximo histórico: 656 puntos básicos. Los irlandeses los 754 puntos y los griegos marcaron una diferencia de 1.260 puntos con el bono alemán, que ayer, en el 3,09%, era otra vez valor refugio para los inversores.

El pánico a un eventual nuevo rescate a Grecia puso en jaque también al mercado de renta variable. El color rojo tiñó todos los parqués europeos; desde Milán (-1,31%) hasta París (-1,2%), pasando por Fráncfort (-1,05%) o Amsterdam (-0,89%). La Bolsa madrileña registró el peor dato: el Ibex cerró el día desplomándose un 2,02%. Su lastre fue la banca. Los mercados decidieron castigar sin miramientos a las entidades españolas. BBVA cayó un 3,01% y Santander un 2,79%. Sabadell un 2,64%, Popular un 2,60% y Bankinter un 2,33%.

Así las cosas, España volvió ayer a ser el centro de todas las especulaciones. Para algunos analistas es el siguiente foco de tensiones. El economista estadounidense Nouriel Roubini dijo en una entrevista a «The Independent» ser más pesimista sobre la situación de la economía española que los mercados, a los que acusó de ser «condescendientes» con nuestro país. Para otros ya se ha distanciado de sus socios irlandes, lusos y griegos. «Los inversores están viviendo un estado de paranoia al dudar de su solvencia», avisó José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.

Pero las autoridades europeas sólo entienden esta crisis como una amenaza para la Unión. Y, en concreto, para el euro, que ayer aceleró su caída de las últimas fechas y bajó hasta los 1,427 dólares. Un mazazo a los esfuerzos comunitarios para apuntalar los problemas de solvencia, encaminados todos ellos a salvaguardar, en último término, el sistema de la moneda única.

Bono basura

Y Grecia ha hecho saltar de nuevo las alarmas. Todo empezó el pasado viernes como un rumor cuando el semanario alemán «Der Spiegel» aseguró que Atenas piensa en abandonar el euro. La UE niega esa posibilidad. «Nadie va a abandonar el euro. Hay cola para entrar, no para salir», zanjó ayer Joaquín Almunia , vicepresidente de la Comisión Europea. Aunque aquella noche se celebró en Luxemburgo una reunión cuasi secreta entre las autoridades europeas y los ministros de Finanzas de Alemania, Francia, Italia, España y el país heleno. Y el futuro de Grecia estaba sobre la mesa. Se debate si la ayuda concedida hace un año a Atenas por 110.000 millones de euros es suficiente.

Para no. La agencia de «rating» rebajó ayer la calificación de la deuda griega dos escalones, de «BB-» a «B». Un suspenso en toda regla: una advertencia a los inversores para que tomen distancia. Incluso avisó de nuevas rebajas en los próximos meses. Al final del día, Moody's se sumó al agravio amenazando con poner en revisión su actual «rating» a los bonos de Atenas. El argumento esgrimido por las dos agencias es el mismo: que no está cumpliendo con sus objetivos de consolidación fiscal y que esto está despertando todo tipo de incertidumbres entre los inversores. ¿Qué se puede hacer con Grecia?

Los analistas creen que el país no podrá financiarse a partir de 2012. Y que para llegar hasta ahí necesita unos 30.000 millones de euros más . La solución de unos pocos es la reestructuración de la deuda. Para otros pasa por dar más tiempo al país y abaratar los intereses que ahora paga por los créditos que recibió hace un año. Y la más comentada es la de un nuevo rescate. Pero algunos países de la Unión ya han dicho que no. Que no aceptarán ni un rescate más.

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