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Bandazos con el déficit público

Zapatero vive al día, y lo mismo se abraza a la política de restricciones que impone Merkel que retorna al gasto público incontrolado

SI en algún momento Rodríguez Zapatero se pregunta por qué los ciudadanos ya no se fían de él y los mercados y gobiernos europeos tienen a España por un factor amenazante para la recuperación económica, puede buscar la respuesta en las reacciones que ha provocado ... su decisión de premiar al Ejecutivo nacionalista de Cataluña con una singular autorización para refinanciar su enorme deuda pública. Como era previsible, en pocas horas tras el anuncio del acuerdo entre Zapatero y Artur Mas, otros gobiernos autonómicos, y hasta el alcalde de Madrid, demostraron que la situación no está para más hechos diferenciales ni tratamientos privilegiados. Ante la marea de críticas que se le venía encima, Zapatero ha optado por ahorrarse problemas internos y autorizar de manera general la refinanciación de las Comunidades Autónomas. El Gobierno socialista elimina de un plumazo una de las medidas principales con las que quería demostrar su compromiso con la austeridad y el control del gasto público. La prohibición de nuevos endeudamientos estaba asfixiando las economías autonómicas y locales, pero al menos tenía un objetivo concreto y coherente con la gravedad de la situación. De pronto, Zapatero antepone la necesidad de contar con el apoyo de CiU al mantenimiento de una política económica de crisis en materia de gasto público. Es decir, vuelve a dar prioridad a su estabilidad política frente a la responsabilidad que le incumbe como gobernante.

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