«Los marinos españoles no defraudamos»

Dentro de poco, el barco será sometido a reparaciones de gran entidad en la parte de máquinas. El comandante cuenta que, por este motivo, este año sólo se dispone de cuatro meses para salir al mar. “Cruzar el Atlántico nos lleva un mes de ida y otro de vuelta”, explica, así que se ha elegido otra ruta a través del Mediterráneo y el Báltico. Tras Estambul, el buque se dirigirá a Tolón, y de allí a Marín, Londres, Hamburgo y San Petersburgo.

“Es que este barco está preparado para el Caribe, y al llegar aquí nos estamos pelando de frío”, dice uno de los oficiales, entre risas. Es más una broma que una queja: la disciplina a bordo es evidente, así como la vocación de estos marinos. Al menos la de aquellos que hablaron con ABC . El amor por el mar es evidente entre estos hombres, que a menudo provienen de una larga tradición familiar.

En el caso del comandante –entre cuyos antepasados se encuentra nada menos que el navegante Fernando de Magallanes-, son nueve las generaciones de marinos. Tres de ellas han servido en el "Juan Sebastián Elcano". Algo no tan infrecuente, como comprobamos con el Guardia Marina Carlos Noval, que amablemente enseña el barco a la prensa: “Es emocionante pensar que en este barco estuvieron mi abuelo, mi padre, mi tío y ahora yo” , nos comenta.

Este buque, botado en 1 927, ha tenido siempre como función principal la formación de oficiales de marina. El Comandante De la Puente enumera las características necesarias para ser un buen marino: “Le tiene que gustar la aventura, ser muy abierto, porque siempre se está en contacto con gente diferente, de otros países. Tiene que tener espíritu de sacrificio, porque se pasan al menos cuatro o cinco meses al año fuera de casa, y eso a las generaciones jóvenes les cuesta. Hay que ser un poco “despegao”. Y sobre todo, ser buenos estudiantes”, dice, con un guiño de complicidad hacia sus alumnos.

Le interrumpe el himno de España: como cada día, al ocaso, se arría la bandera mientras la banda a bordo entona la marcha nacional, seguida de la del país anfitrión. Hacía sesenta años que el "Juan Sebastián Elcano" no atracaba en un puerto turco. Tras 14 días en alta mar, la dotación está deseando salir a conocer la vida nocturna de Estambul.

“Los marinos españoles no defraudamos”, nos dice un Alférez de Navío que se prepara para salir a puerto. Se refiere a la legendaria capacidad de los oficiales nacionales para divertirse durante toda la noche y, a pesar de ello, cumplir puntualmente con sus obligaciones al día siguiente. Pero igualmente podría estar hablando de su profesionalidad.

“Por desgracia, conflictos y catástrofes siguen produciéndose, y la única manera de llegar hasta allí es muchas veces por mar”, dice el comandante. “Por eso, la Armada española sigue teniendo la misma importancia que siempre”, asegura.

El buque escuela ha coincidido en este puerto con el galeón "Andalucía", construido por la Fundación Nao Victoria con motivo de la Exposición Internacional de Shanghai de 2010. El barco, una réplica exacta de este tipo de embarcación, navegó hasta China durante el año pasado para representar a Andalucía y a España en dicha exposición, y se encuentra ahora en su viaje de regreso.

“Lo que prima en este barco es el rigor histórico. Tenemos instrumentos de navegación modernos, porque por ley nos obligan a tenerlos, pero normalmente navegamos a la manera tradicional, con el sextante”, explica Miguel Talegón, encargado de prensa del galeón. “Lo que más nos hace sentirnos marineros de época es el uso de las velas” , asegura.

La embajada española lo ha organizado todo para que ambos navíos puedan ser visitados por el público. Atracados uno junto al otro frente al bello paisaje del Bósforo, garantizan que la visita sea, para muchos, inolvidable.