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El Gobierno ultima la subida del IRPF para rentas superiores a 150.000 euros

El nuevo tramo estatal tributaría al 45% ó 46%, lo que supone un alza del impuesto de hasta tres puntos

YOLANDA GÓMEZ

La cuenta atrás para la aprobación de los Presupuestos ha comenzado y el Gobierno tiene prácticamente ultimada la tan cacareada subida de impuestos a los ricos.

Finalmente, y a falta del visto bueno definitivo de Rodríguez Zapatero, la propuesta que el Ejecutivo tiene en estos momentos encima de la mesa pasa por crear un nuevo tramo en el IRPF para las rentas que superen los 150.000 euros. Este nuevo tramo tributaría a un tipo del 45 o 46% —todavía no hay tomada una decisión definitiva—, lo que supondría una subida de hasta tres puntos.

Cien mil afectados

El incremento afectaría a unos 100.000 contribuyentes en toda España, que son los que, según los últimos datos de las estadísticas tributarias (correspondientes a las rentas obtenidas en 2008) declaran ingresos superiores a los 150.000 euros.

Esta subida en el tramo estatal del IRPF se sumaría a las anunciadas por algunas comunidades autónomas, como Cataluña, Andalucía, Baleares, Extremadura, Asturias o Cantabria y que en algunos casos llega hasta los cuatro puntos. Eso supone que los contribuyentes residentes en comunidades como Cataluña podrían a llegar a pagar hasta el 50% de las rentas que obtengan.

Y es que esa es la cifra límite, el 50%, que el Ministerio de Economía y Hacienda no quiere que se llegue a traspasar en ningún lugar de España.

Esta opción, que es la que en estos momentos cuenta con más posibilidades de salir adelante, supone que si un contribuyente tiene unos ingresos de 180.000 euros, pagará 600 o 900 euros más que ahora si reside en alguna de las comunidades que han optado por no subir el IRPF. Si este mismo contribuyente reside en Cataluña, soportará la subida estatal de los 600 euros, a la que tendrá que sumar el alza autonómica, de otros 1.250 euros, en total el incremento será de 1.850 euros anuales.

En todo caso, los ingresos que esta subida impositiva proporcionarán a las arcas públicas serán mínimos y su objetivo es únicamente cumplir el compromiso de Rodríguez Zapatero de subir los impuestos a los ricos para tratar de contentar a su electorado y compensar los sacrificios exigidos a pensionistas y funcionarios. De hecho, este compromiso ha traído de cabeza al equipo económico del Gobierno durante meses, poco partidario de subir los impuestos directos en un momento como el actual.

Así, aunque en un primer momento el propio Rodríguez Zapatero negó que la subida fuera a afectar al IRPF —el impuesto que grava las rentas del trabajo— y desde Moncloa se lanzó un globo sonda sobre la creación de un nuevo impuesto para las rentas superiores al millón de euros, esa idea está ya descartada. Los técnicos han convencido al Ejecutivo de que su puesta en marcha conllevaría más gastos de gestión que los ingresos que podría generar.

Otras alternativas

Otra de las alternativas que se ha barajado, pero que tiene pocas posibilidades de salir adelante es la creación de un nuevo tramo para las rentas del ahorro. Ahora los intereses de cuentas o las plusvalías obtenidas por la venta de acciones, inmuebles, etc., tributan al 19% los primeros 6.000 euros obtenidos y al 21% las cifras que superen esta cantidad.

El problema de crear un nuevo tramo para rentas más elevadas es que afectaría no solo a las grandes fortunas que obtienes elevados intereses o plusvalías con sus inversiones, sino también, por ejemplo, a ciudadanos de rentas bajas que vendan una vivienda que hayan tenido mucho tiempo en su poder. Para evitarlo habría que distinguir de nuevo entre plusvalías generadas en el corto plazo y en el largo plazo. O lo que es lo mismo, habría que dar marcha atrás con la reforma del IRPF llevada a cabo en la primera legislatura de Rodríguez Zapatero y que supuso unificar toda la tributación del ahorro. De ahí que los artífices de la reforma, técnicos y altos cargos del Ministerio de Economía, se resistan a esta posibilidad.

Aún así, la decisión definitiva todavía no está tomada. Como quedó patente en agosto, en el Gobierno hay quien apuesta por una subida generalizada de impuestos —José Blanco—. Salgado parece haber impuesto sus tesis, de un simple retoque para los ricos, pero la última palabra la tiene Zapatero.

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