ASIA
Kirguistán, la primera democracia centroasiática
La república ex soviética deja atrás el régimen presidencialista y se convierte en el único Estado parlamentario de Asia Central
RAFAEL M.MAÑUECO
Kirguistán aprobó ayer en referéndum una nueva Constitución que la convierte en la primera república parlamentaria de Asia Central. Según datos oficiales difundidos por la Comisión Electoral Central correspondientes al escrutinio del 90,99% de los colegios, sólo el 7,93% de los electores votó ... en contra de la propuesta, que contó con una participación del 69,47%. La OSCE ha elogiado esta mañana el proceso, pese a que ha constatado que aún no se ajusta plenamente a los estándares occidentales.
La jefa del Gobierno interino, Rosa Otunbáyeva, aseguró anoche que Kirguistán ha empezado a recorrer el camino hacia «el establecimiento de una verdadera democracia del pueblo». « Estamos orgullosos de nuestro país , que ha hecho esta elección en un momento difícil», destacó la dirigente, que consideró que el referéndum, que se ha celebrado «pese a las dificultades y la fuerte resistencia de quienes se oponen a la nueva Constitución», legitima al Ejecutivo.
“Ahora recibo los poderes presidenciales para el periodo de transición y también encabezaré el Gobierno”, señaló. En virtud de la nueva Carta Magna, Otunbáyeva será presidenta interina hasta que finalice 2011, habrá elecciones legislativas cada cinco años -las primeras, el próximo otoño- y sólo se podrá ostentar la Presidencia durante un único mandato de seis años. La nueva Constitución transfiere además el poder del presidente al primer ministro.
Otunbáyeva será la presidenta interina hasta que finalice 2011
El Gobierno provisional surgido tras el derrocamiento del presidente Kurmanbek Bakíev y el fin de su régimen, en abril, necesitaba la consulta. No sólo para modificar la Carta Magna y desbrozar el camino hacia las legislativas, sino también como única forma de legitimación.
El líder del partido Kirguistán Unido, Adaján Madumárov, manifestó al conocer los resultados que los datos oficiales de participación fueron «extremadamente exagerados». Las localidades con mayor abstención fueron Osh y Jalalabad, escenario de los graves incidentes que acabaron con la vida de casi trescientas personas en las horas siguientes a la noche del pasado día 10, cuando jóvenes kirguises y uzbecos protagonizaron una colosal reyerta que degeneró en limpieza étnica.
Unas doscientas personas se manifestaron ayer en Jalalabad y llamaron a no acudir a las urnas mientras las personas arrestadas bajo sospecha de haber participado en la matanza de uzbecos no sean puestas en libertad. Según las agencias rusas, en el sur hubo mucho menos movimiento en los colegios electorales que en la mitad norte.
Total normalidad
Jesús López-Medel, representante de la presidencia de turno de la OSCE y observador del proceso electoral, comentó desde Bishkek, la capital del país, que la jornada discurrió con total normalidad y la afluencia a las urnas ya desde por la mañana fue abundante. En total, acudieron unos doscientos observadores . López-Medel subrayó la importancia que tiene el referéndum para la estabilización del país.
El despliegue de las fuerzas de seguridad ha impedido que se produzcan incidentes graves
Enviados de la Comisión Electoral de Rusia, sin embargo, pusieron de manifiesto «numerosas irregularidades» en colegios electorales del sur, aunque de carácter «leve». Incidentes graves no se registraron. El dispositivo policial movilizado en todo el país superaba los 8.000 efectivos. En Osh y Jalalabad se desplegaron incluso tropas del Ejército. El estado de emergencia ha sido prolongado hasta el 10 de agosto.
Las hostilidades entre kirguises y uzbecos comenzaron en la noche del día 10 en Osh y se propagaron a la vecina Jalalabad. Las últimas cifras hablan de casi 300 muertos y un flujo de refugiados de unas 100.000 personas, la mayoría de las cuales han regresado ya a sus hogares. El problema es que sus casas están quemadas y la tensión persiste.
Muchos han denunciado haber sido forzados a abandonar los campos de refugiados para dar una imagen de normalidad en el país. Gran parte de ellos perdieron sus pasaportes y carnés de identidad durante los altercados, lo que ha hecho que el Gobierno haya dispuesto que se permita votar a los indocumentados . La medida no ha gustado en las zonas sureñas.
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