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El juez y la ley

LA imputación de un juez por un delito de prevaricación es una de las peores noticias que puede recibir una sociedad democrática, confiada a la seguridad que debe proporcionarle el Estado de Derecho, por el cual todos los ciudadanos y los poderes públicos están sometidos ... al imperio de la ley y al control judicial. Por eso, no es para celebrar que Baltasar Garzón haya sido formalmente imputado por prevaricar en el mal llamado caso del franquismo o la memoria histórica, proceso penal manipulado hasta en su denominación vulgar. Pero lejos de ser esa imputación una anomalía del sistema, menos aún el fruto de una conspiración, responde al funcionamiento de principios elementales del orden constitucional, como el de legalidad y el de igualdad. Son precisamente estos principios los que los apologistas de Garzón han querido dejar en suspenso para poder reivindicar su inocencia. El argumento principal de sus defensores extrajudiciales -porque su defensa judicial está en manos muy expertas- es que las causas instruidas por Garzón son de tal nivel ético que quedan al margen de esos inoportunos fundamentos de toda sociedad jurídicamente organizada.

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