Así se reparten los beneficios de un CD musical
La imagen que rescatamos en la blogosfera resume de forma muy clara la cadena de "valor" asociada a la producción, distribución y comercialización de un disco musical.
El gráfico no hace sino alimentar el debate generado los últimos meses en torno a los nuevos retos que afronta la industria musical, entre los que se encuentran, atender los nuevos hábitos de consumo, propiciados por el uso de la Red y el auge de nuevos dispositivos electrónicos como los reproductores mp3, así como la adaptación a un nuevo escenario dominado por nuevos actores como iTunes o Spotify, que suponen una reducción considerable en los intermediarios del sector.
En torno a este tema, nos gustaría recomendar una entrada publicada por nuestro compañero José Luis Perdomo bajo el título de Propiedad Intelectual, S.A:
"No tengo ninguna duda de que si la Industria Musical hubiese tenido ocasión de patentar el MP3 hace diez años, no habríamos conocido este formato hasta 2030. A ninguna industria, por definición, puede interesarle un avance tecnológico que de la noche a la mañana convierte en obsoleto su producto; es tan de cajón, que todas las patentes para la elaboración de biocarburantes durmieron en el cajón de las petroleras durante décadas. Cuando compramos un CD, un DVD o un libro en una tienda, la cadena de intermediarios que lo hace posible es infinitamente mayor a la que interviene cuando realizamos una descarga en la red, donde desaparecen casi todos estos actores. Si como empresario no estás dispuesto a aceptar el nuevo entorno y a cobrar veinte céntimos de euro por la misma obra por la que antes reclamabas veinte euros, probablemente reunirás a todos los integrantes de la cadena para exigir a los dirigentes que te defiendan de los malvados compradores, que se niegan a continuar pagando veinte euros por servicios indirectos que ya no necesitan."
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