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El nacionalismo toma la calle antes de chequear el modelo lingüístico de Feijóo

El nacionalismo toma la calle antes de chequear el modelo lingüístico de Feijóo

«Señor Feijóo, queremos jugar y aprender en gallego». Es el mensaje de la primera fila y lo portan los menores que, con sus padres, andan a la brega para que el presidente de la Xunta no derogue el decreto que regula el uso intensivo del idioma propio en la enseñanza. Cae un chaparrón y la manifestación retrasa media hora la marcha. En los puestos iniciales, Carlos Callón, el presidente de la Mesa por la Normalización Lingüística, convocante de esta protesta en el Día de las Letras, asignado esta vez al intelectual Ramón Piñeiro.

«Que se apropie del gallego —en alusión al jefe del ejecutivo autónomo— y lo defienda con el ejemplo de las personas —más de 20.000— que están aquí», proclama el responsable de la asociación de corte nacionalista promotora de la movilización. En las siguientes hileras, tras los zancudos y gaiteiros, el BNG, con el portavoz nacional, Guillerme Vázquez, que emplaza al mandatario galaico a «tomar nota»; los ex «bloqueiros» del gobierno bipartito, Alfredo Suárez Canal, Fernando Blanco y Teresa Táboas; y cineastas, escritores y documentalistas. A la una y media de la tarde, la meta es la Quintana.

El aplauso mayor es para el galleguista Avelino Pousa Antelo, de 95 años, que espeta un sucinto: «Con gente como vosotros, Galicia no muere». El manifiesto que se lee reinvidica el mismo estatus legal que el castellano y recrimina que, desde Madrid, haya quien pretenda convencer a la opinión pública «de que el español corre peligro y sus hablantes están discriminados».

En el cielo, otean pancartas de sindicatos agrarios y de enseñanza; ayuntamientos gobernados por los frentistas; grupos radicales, y movimientos como Ceivar, para la liberación de reclusos políticos. Es el preludio de la exposición, hoy, del modelo idiomático del gobierno regional. Un independiente asume el reto.

El Gallego, un «idioma de todos»

Mientras se celebraba esta protesta, en Láncara (Lugo), municipio natal de Ramón Piñeiro, se celebraban los actos oficiales de homenaje al escritor gallego, entre ellos una sesión plenaria de la Real Academia Gallega (RAG) a la que acudieron, entre otros, todo el Gobierno gallego, con su presidente a la cabeza y la presidenta del Parlamento.

"La cordialidad del gallego está por encima de cualquier sigla y lo que tenemos que hacer es buscar la unidad del gallego", aseveró Feijóo, quien sostuvo que la utilización de este idioma desde la libertad lingüística y dentro del "bilingüismo cordial instalado en la inmensa mayoría de las calles gallegas" es lo que procura.

La RAG celebró una sesión plenaria extraordinaria en el pabellón de Láncara, en donde el historiador Ramón Villares ahondó en la vida y trabajo del homenajeado.

Aludió a sus "riesgos personales", cuando Piñeiro luchó en el franquismo por su ideario galleguista, al haber sido "un miembro muy activo del galleguismo político de la posguerra y un gran mediador cultural a partir de los años 50".

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