Comiendo caliente (sin cocinar) en el Shabat

Según la Torá, durante esta jornada no se puede encender el fuego, lo que impide cocinar y por ello la comida debe ser fría. Sin embargo, este plato requiere de muchas horas de cocción, lo que vendría a ser un obstáculo insalvable... pero existe un respaldo por el que la tradición oral lo permite al encender el fuego antes de que comience el Shabat . De este modo resulta posible disponer de un plato caliente. Además, etimológicamente significa "calor". Los judíos sefardíes se pirran por este cocido.

Necesitaremos los siguientes ingredientes: un kilo de carne de vacuno cortada en cubitos, una cebolla picada, seis patatas medianas peladas cortadas en mitades, seis huevos con cáscara, dos tazas de judías pintas o de lentejas o otra variedad de frijoles (lo importante es que no sean de latas), un cuarto de taza de cebada, quince dientes de ajo, una cucharada de pimentón dulce, una cucharada de pimentón picante, cuatro cucharadas de caldo de pollo concentrado, una cucharadita de cúrcuma, media cucharada de azúcar de caña, una cucharadita de sal kosher y una cucharadita de pimienta negra fresca molida.

Introducimos todos los ingredientes en una olla de barro grande, asegurándonos de que los huevos se queden en la parte superior, y agregamos agua hasta cubrir unos tres centímetros por encima. Cocinamos a temperatura alta durante dos horas. Tras ese tiempo reducimos el fuego al mínimo, para continuar la cocción por la noche y parte del día. Debemos pensar entre unas doce y catorce horas. El mínimo son doce, pero algunas horas más intensifican el sabor.

Se puede aumentar o disminuir la cantidad de especias al gusto, incluso agregar un toque de jengibre y pimienta de Jamaica. Muy importante no agitar la mezcla ya que podemos provocar que alguna patata se desmenuce.

Ya únicamente queda desearos buen provecho o, en hebreo, beteavon.