La Junta limpia Vega Baja mientras el plan director está parado
El director general de Cultura de la Junta reconoce que «no hay financiación»

La semana pasada la Consejería de Cultura comenzó los trabajos de limpieza y acondicionamiento de los terrenos de la Vega Baja, en Toledo . Un proyecto que se enmarca dentro de un programa de limpieza, conservación y mantenimiento a nivel regional en yacimientos, parques y lugares de interés arqueológico.
El director general de Cultura, Javier Morales, explicó a ABC que su departamento está trabajando en labores de mantenimiento en Vega Baja para que no genere problemas a los vecinos de la zona aledaña, que se encontraba llena hierbas silvestres y los rastrojos, y también para mantener en condiciones dignas estas 30 hectáreas que pertenecen al yacimiento. Mientras, el gran proyecto diseñado por la Junta para poner en valor este yacimiento permanece en «stand by», a la espera de financiación. «El proyecto sigue parado mientras no haya financiación», reconoció el director general.
Han pasado ya ocho años desde que en julio de 2006, cuando el expresidente José María Barreda, en medio de la polémica por la macrourbanización del Pocero en Seseña, decidió poner punto y final al proyecto urbanístico de más de 1.300 viviendas en la zona, y poco o nada se ha hecho en este yacimiento.
«Estado de abandono»
La Real Fundación de Toledo denunció hace unos meses en un encuentro con las asociaciones de vecinos Santa Teresa, San Pedro el Verde y Azumel Poblado Obrero «el preocupante estado de abandono» de la Vega Baja y «la falta de un proyecto o Plan Director que contemple las actuaciones de las administraciones públicas con un desarrollo presupuestario y un calendario de tiempos para su ejecución».
Lo cierto es que el plan está redactado y a la espera de su ejecución. En este terreno, que esconde los restos de la capital del reino visigodo de los siglos VI y VII, se va a diseñar una reserva arqueológica, que sería la zona más importante, paras ir sacando información sobre el yacimiento y para poner valor los restos que sean necesarios. Incluiría también unas zona verde, en donde la idea es realizar un ajardinamiento sencillo, con especies autóctonas. Se instalarán paneles con explicaciones y reconstrucciones infográficas, con explicaciones para el visitante. Y, por último, una zona social y cultural en la zona menos afectada por los restos arqueológicos y que contemplaría estructuras sencillas de provecho social y cultural. Se habla de levantar un pequeño centro de interpretación o, incluso, alguna residencia universitaria.
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