MODA
¿Cómo debe ser el perfecto traje de verano?
El tejido, el color y el patrón ayudan a elegir la mejor opción para hacer frente al calor con estilo

Cuando el mercurio alcanza cifras altas, el traje es quizá la última prenda que te apetece ponerte. Desgraciadamente, no puedes pasarte todo el verano en bañador y chanclas ni puedes permitirte el lujo de ir en bermudas a la oficina por lo que es muy probable que te toque rendirte ante él quieras o no.
Quizá el clima no sea demasiado indulgente pero sí el mundo de la sastrería. Telas ultraligeras, estructuras transpirables y tonos frescos son capaces de enfriar un look por imposible que te parezca. Tan solo es cuestión de dar con el modelo perfecto.
«Parece que todavía hay mucha gente que cree que ponerse traje en verano significa tener que sufrir. Y claro, si te invitan a una boda en Sevilla el 15 de Julio y te pones tu traje de oficina vas a pasarlo realmente mal pues te vas a llevar un buen sofoco.
Es por eso que es importante dejarse aconsejar y elegir aquellos tejidos que te permitan disfrutar del verano sin renunciar a la elegancia de un traje a medida”, cuenta Salva Jovells, Acquisition Marketing Manager de Hockerty.com , quien asegura que hay muchas opciones en el mercado con las que sobrevivir al calor e incluso algunas capaces de funcionar en cualquier contexto: «hay un traje para cada momento, para cada estación. Sin embargo, en muchas ocasiones nos encontramos con clientes que necesitan un traje que les sirva para una entrevista de trabajo y luego poder usarlo todo el año o bien un traje para asistir a bodas, bautizos y comuniones. Para estos casos recomendamos tejidos de traje básicos azul marino o gris. Ahora bien, en cuanto a tejidos versátiles existe un antes y un después cuando pruebas un traje de lana premium (…) se trata de un tejido que de forma natural es regulador de temperatura, muy agradable al tacto y de muy fácil mantenimiento», prosigue.
La tela manda
Si seguimos la lógica, lanas pesadas y tweed quedan por razones obvias descartados mientras que el lino y el algodón resultan los mejores antídotos contra el calor, pero no hay que olvidarse que en la selección de telas hay más matices de los esperados. La fibra, el peso, su tejido y su composición cuentan. Es entonces cuando hay que fijarse en telas de tejido abierto como el hopsack , de textura abierta muy similar al lino pero más resistente a las arrugas por seguir el mismo método que las clásicas cestas; el el voile , vaporoso y de estética muy agradable; o el seersucker , un tejido de algodón en el que las fibras se tejen alternando franjas de densidad hasta lograr un efecto arrugado generalmente a rayas que permite una mayor circulación de aire a la piel.
Pero no solo el tejido marca la diferencia, el patrón, el color y las combinacione s que escojas facilitan las cosas. Por ejemplo, un traje desestructurado, sin forro y ausente de cualquier relleno es la opción más acertada para hacer frente a los días sofocantes. Buscar piezas que creen pliegues o volumen alrededor del cuerpo en lugar de ceñirlo es por tanto una alternativa interesante para permitir un movimiento fácil que se aleje de la piel en los puntos cruciales. Aquí puedes tener en cuenta el chaleco ya que, aunque puedas pensar lo contrario, es un gran recurso para mantenerte un poco más aislado y evitar que el sudor traspase la camisa. Y es que no se trata de vestir menos prendas sino de elegir las adecuadas. El primer instinto puede ser ese, pero si piensas en los cambios de temperatura creados por el calor de la calle y el frío provocado por los aires acondicionados te darás cuenta que las capas son el único recurso siempre y cuando estas sean muy livianas.
Como hemos mencionado antes, la paleta de colores también influye en la decisión y es por tanto que invertir en prendas de tonos claros es el mayor acierto: blancos, pasteles, tonos grises y arenas no absorben tanto calor de la luz del sol y ayudan a regular la temperatura.
Por último, no olvides que hacer una buena elección no depende solo del traje sino de todo lo que lo acompañe. Los zapatos son una gran prueba de ello, ya que los clásicos Oxford pueden resultar pesados y es preferible probar con calzado tipo Derby como algo más relajado sin necesidad de caer en alpargatas o sandalias, o atreverse con los mocasines, una variante que combinada con camiseta en lugar de camisa también puede ser tenida en cuenta siempre y cuando el contexto acompañe y este no incluya ni el entorno laboral ni el de celebraciones que exijan determinado protocolo.
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