Diez toneladas de sabor conventual conquistan el paladar sevillano

Los 19 conventos participantes, doce de la provincia y siete de la capital, enviarán a la muestra unas 10 toneladas de dulces, que son unas 22.000 cajas agrupadas en 270 variedades a cada cual más rica. Son elaboraciones realizadas con productos e ingredientes naturales y de calidad, de forma artesanal. Las monjas los hacían para sus bienhechores y ahora los hacen como medio de vida. La Exposición es el ingreso más fuerte del año para los conventos. Exceptuando el año de la pandemia, se ha realizado ininterrumpidamente desde 1985 cuando un grupo de seglares, con María Luisa Fraga y Claudia Rodríguez a la cabeza, y la colaboración de María Teresa Michaud, del Instituto Francés, organizaron el embrión de la muestra que se convirtió en el preludio de la Navidad en Sevilla.

El obrador de las jerónimas de Constantina tiene una gran variedad de especialidades exquisitas como la gran confitería que es. A la muestra mandan pan de Cádiz, figuritas de mazapán y una lista surtida de turrones: de yema tostada, de chocolate y almendra, de chocolate y naranja, de chocolate al whisky, de bombón crema de guinda, de bombón al brandy, músico, con frutos secos, y crujiente. También llevan estuches de tres turrones, kirschetas, garrapiñadas, delicias de turrón clásico, bolas de turrón, escudos de chocolate del Sevilla y el Betis, tortas de almendra y yema, tortas de avellanas, discos de naranja bañados en chocolate, tabletas de chocolate negro y con leche de 200 y de 100 gramos, y rocas surtidas de chocolate negro, con leche y blanco.

Las dominicas de Bormujos presentan este año tres novedades: dátiles rellenos de mazapán sin azúcar añadido; bocaditos de nueces, que son unas bolitas de nueces con dulce de leche y chocolate blanco y tronquitos de almendra, naranja y chocolate. También envían las exquisitas tortas la Real, sin gluten y sin lactosa en dos formatos, delicias de misericordia con almendra, limón y cabello de ángel, trufas, yemas de almendra, sultanas y pestiños al horno, entre otros.

Las clarisas de Alcalá de Guadaíra, otro gran obrador con más de 60 especialidades, llevan sin azúcar magdalenas y mantecados de almendra. Llevan también dulces sin lactosa como yemas de Santa Clara, corazones de almendras, bocaditos yema-almendra, panellets de piñones, lunitas de almendras, cordiales yemas de almendra, delicias, tortas de Alcalá, pastel de gloria, pastas de chocolate, tronquitos de chocolate, bizcochitos rellenos de yema, almendrados de chocolate, y sus afamados mantecados de hoja y mantecados de viena. En el torno venden racimos de uvas para Fin de Año y Roscos de Reyes por encargo.

Este año las clarisas de Estepa presentan hojaldrinas con azúcar de tres sabores: crema, chocolate y cabello de ángel; pastas y damianitas, que son rocas de chocolate con trocitos de galleta y almendra. Sin azúcar llevan hojaldrinas y sin lactosa sus turrones blando y duro de almendras y de chocolate con almendras. Ofrecen además yemas de Santa Clara, cajas de mantecados de aceite de oliva y de almendras, cajas con mantecados de canela y almendra, polvorones, roscos de vinos, cereales cubiertos de chocolate, marrón glacé, almendras artesanas rellenas de turrón, bolsa de alfajores tradicionales con miel, pasteles de gloria, barras de mazapán y cajas surtidas de Navidad.

Las concepcionistas franciscanas de Osuna llevan únicamente los bizcochos marroquíes, exquisitos y muy demandados, y las carmelitas de San Pedro de la Villa Ducal presentan este año como novedad los roscos de vainilla, así como las tortas de ajonjolí, trufas, yemas, magdalenas, pestiños con azúcar y canela y bizcochos rellenos de chocolate.

Las clarisas de Carmona ofrecen sus tortas inglesas, el dulce típico de la localidad, y las tortas de Carmona, así como palmeras, yemas de Santa Clara, huesos de santo, piezas de piñones, bombones de mazapán, trufas, roscos de aceite, milhojas, surtidos de Santa Clara y princesitas de almendra.

Las mercedarias de San Andrés de Marchena presentan sus tortas y lazos de hoja, merengues, sultanas, naranjitos, magdalenas, pestiños con miel, bocaditos de almendras, alfajores y chocoperlas con whisky, nata, almendra y chocolate. En el torno venden cordiales, nevaditos, delicias de almendras y por encargo empanadas con masa de hojaldre hecha por ellas de carne con verduras, jamón con queso o bacon con queso, con o sin dátiles, atún con pisto de verduras y croquetas de puchero y jamón. Las clarisas de Marchena además de su extenso surtido de turrones: de chocolate con almendras, de chocolate con avellanas, manjari, frambuesa, soft, frutos rojos matcha, llevan frutas de almendras, peritas y manzanitas, yemas de Santa Clara, tejas, pestiños borrachuelos, dulce de membrillo, roscos de huevo, chulapillas, alfajores de almendras, almendras garrapiñadas, almendras reales, hojaldrinas, polvorones, empiñonados, panellets, trufas cocadas y galletas de Navidad, entre otros.

Las carmelitas de Utrera ofrecen almendrados de chocolate negro, con leche y blanco, tortitas de Navidad de naranja, limón y canela, pestiños que son mantas como las de Santa Ana, almendrados de chocolate sin azúcar y también sin lactosa. Además llevan maagdalenas normales y sin lactosa y bizcochos de almendra, de limón y de coco.

Las jerónimas de Morón presentan sus exquisitas tartas de almendras, sultanas, kirschetas, bolitas de coco y chocolate, pestiños, mantecados de almendra, de chocolate y surtidos, huesos de santo, roscos de vino y almendra, empanadillas de cidra, tortitas almendradas y una amplia gama de mazapán: bocaditos, barritas, anguilas y peces.

Las clarisas de Morón llevan a la muestra coquitos sin azúcar, y sin gluten y sin lactosa, magdalenas, almendrados, galletas y cocadas. Con azúcar presentan frutitas de almendra, peritas y manzanitas, batatines, pestiños, bolitas angelinas, tortas con almendra y rellenas de cabello de ángel rosquillas fritas, pastas de té, tejas, almendrados y polvorones Loreto. En el torno venden además tortillas blancas y roscas morunas, y magdalenas de chocolate y normales.

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Yemas de San Leandro

Las agustinas llevan a la Muestra sus exquisitas yemas de San Leandro, quizás el dulce más famoso de los conventos sevillanos que ya se elaboraba en el siglo XVI. Huevo, azúcar, unas gotas de limón y la gracia de sus manos obran la magia de un dulce único.

También el libro de la historia del monasterio de Salvador Guijo Pérez. En el torno venden además huevo hilado, pestiños y magdalenas, así como imágenes de Niños Jesús y ropita para ellos. Una vez en marcha la hospedería las monjas tienen que reformar la electricidad del edificio.

2

Gallina en leche de Madre de Dios

Las dominicas envían elaboraciones sin azúcar como almendrados y pastelillos de Belén. Con azúcar presentan gallina en leche, almendrados de chocolate, naranjitos sevillanos, tarta de almendras, empanadillas de cabello de ángel y también de batata, bocaditos árabes y bocaditos de almendra, polvorones, manchegos, delicias de nueces, dátiles de mazapán, cordiales, panecillos navideños, trufas de avellanas, alfajores, yemas de batata y turrones de naranja y chocolate y de chocolate con almendras. En el torno venden además almendrados, magdalenas, y tortas de aceite.

3

Cortadillos y bollitos de Santa Inés

Como todos los años, las clarisas de llevarán diariamente al Alcázar sus famosos bollitos recién salidos del horno. Se elaboran con harina, azúcar, aceite y ajonjolí y es un dulce muy antiguo que se hacía antes de que las religiosas vivieran en comunidad. Además, mandan cortadillos, roscos de vino, mantecados de ajonjolí, de azúcar y de almendras, y cajas y minicajas surtidas. En el torno también venden tortas de aceite, de polvorón y chocolate y almendradas, así como sultanas, pastas de Santa Inés y de Santa Clara y magdalenas con leche, alargadas y con aceite, redondas.

4

Corazones de Santa Gertrudis de San Clemente

El dulce estrella de las cistercienses de San Clemente, el primer monasterio de monjas fundado en Sevilla tras la conquista de San Fernando, son los corazones de Santa Gertrudis, tartas de almendra con azúcar y huevo. Además, enviarán cortadillos de cidra, cajas surtidas y mermeladas de naranja amarga y de limón. En el torno venden también tortas de polvorón, vino de naranja, vino de pasas, vino tinto, vino dulce de misa, miel y por encargo hacen rosarios y pulseras, bordado de toallas y sabanas, así como velas de vírgenes y ángeles.

5

Turrones y bolsa de Santa María de Jesús

Las clarisas presentan sus turrones blandos, de brandy y de yema, bombones de roca, corazones de almendra, tejas, magdalenas con o sin chocolate y pestiños. Como novedad llevarán unas bolsas con motivos de Sevilla, con dibujos de Javier Jiménez Sánchez-Dalp, que incluyen una caja surtida de Navidad, una caja de corazones de almendra, dátiles con chocolate y un turrón. En el torno venden, asimismo, pastas sevillanas, roscos de almendra y roscos fritos, perrunillas, pastas de Santa Clara, cortadillos y sultanas. Hacen también roscos de Reyes que se encargan del 15 al 30 de diciembre.

6

Alfajores y mermeladas de Santa Paula

La lista de mermeladas de San Paula es muy larga, destacando las de naranja amarga, ciruela, frambuesa, fresa y albaricoque. También llevan sus gelatinas de azahar y jazmín, crema de batata, carne de membrillo, dulce de cidra, así como pimientos en almíbar, higos en almíbar y mermeladas de tomate, de manzana con menta y manzana con melón como acompañamiento de carnes. Además, llevan su turrón a la piedra, que es blando y los riquísimos alfajores mozárabes, con nueces, almendras, canela, clavo y miel. En el torno venden licor de café.

7

Mantas, pestiños y trufas de Santa Ana

Mantas, pestiños, borrachuelos rellenos con cabello de ángel, roscos fritos, trufas, empanadillas de cidra y tortas de polvorón son los dulces que las carmelitas de Santa Ana presentan en el Alcázar. En el torno venden también perrunillas. Las deliciosas mantas son el dulce más antiguo que hacen. Sus ingredientes son harina, huevo y aceite. Con ellos se hace una masa a la que dan forma con dos espumaderas en la sartén. Luego las bañan en miel. Fundado en Paterna del Campo, Huelva, el convento se trasladó a Sevilla en 1564 y desde 1606 está en la calle Santa Ana.