Un repartidor estalla por las exigencias de un cliente: «Tenemos que lidiar cada día con elementos como este»
Desde el sindicato CGT han compartido un ticket de un repartidor de comida a domicilio donde le exigen una serie de requisitos aparte del pedido
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El reparto a domicilio de comida está más que extendido en todo el país, pero en los últimos años se ha extendido hacerlo sobre todo de manera online. Ya no hace falta levantar el teléfono para pedir la pizza de turno, sino que se puede hacer desde aplicaciones o webs donde los restaurantes están inscritos para poder pedir comida. En todos se pueden añadir, además de los platos elegidos, una serie de observaciones donde, según denuncian algunos repartidores, los clientes llegan a realizar una serie de exigencias fuera de lugar.
Es lo que ha mostrado el sindicato CGT desde una de sus cuentas oficiales de X dedicada al sector de la mensajería. El mensaje está acompañado del ticket de pedido que llevó uno de sus repartidores a un domicilio, donde el cliente no solo le pedía comida, sino también recados.
«Después de traer la comida, bajar la bolsa de basura que hay en la puerta y no subir por el ascensor que es solo para los vecinos», le exigían al repartidor en este caso de la popular cadena Burger King. El cliente debía dar por supuesto que en el pedido de su menú de hamburguesa y un helado venía incluido también el servicio de basurero, además de una sesión de ejercicio extra para el repartidor. Todo por poco más de 13 euros.
En el mismo post, desde CGT denuncian que estas exigencias no son, ni mucho menos, esporádicas. «Los repartidores tenemos que lidiar cada día con elementos como este», señalan.
"Después de traer la comida bajar la bolsa de basura que hay en la puerta y no subir por el ascensor que es solo para los vecinos".
— CGT Riders 🚴🏴 (@cgt_delivery) January 14, 2024
Exigencias de un cliente. Los repartidores tenemos que lidiar cada día con elementos como este. pic.twitter.com/fwUvZMDL6d
«Le esparzo la basura por el rellano»
Las respuestas indignadas no se han hecho esperar. Como no podría ser de otra manera, casi todas se dirigen hacia la osadía del cliente, al que critican que utilice al repartidor para hacer sus propios recados.
«Yo subo en el ascensor, le doy su comida, acto seguido procedo a esparcir la bolsa de basura por el rellano y el ascensor, me voy», responde uno. «Yo me cago en la bolsa», replica otro, mucho más escatológico.
Otro señala que los ascensores «sólo para vecinos» no son legales «ni aunque salga por mayoría absoluta en la Junta de la Comunidad de Propietarios».
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