crítica de música
Tempus Nativitatis
La Orquesta Barroca de Sevilla cierra el ciclo 'Otoño Barroco' en el que han participado jóvenes becados por la asociación de amigos de esta agrupación
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'Otoño Barroco 2023. Concierto participativo'
- Programa: Obras de Haendel, Vivaldi, Kuhnau y Bach. Intérpretes: Ariel Hernández (tenor), Víctor Cruz (bajo), Mateo Murillo (violonchelo). Orquesta Residente del Otoño Barroco y Coro de la AAOBS.
- Director: Marco Antonio García de Paz.
- Lugar: Teatro Turina.
- Fecha: 04/12/2023.
Se despedía el interesante ciclo con un concierto conjunto, participativo, en la medida que reunía a jóvenes músicos becados por la AAOBS para que compusieran mayoritariamente el tutti orquestal e incluso que uno de ellos fuera protagonista. Pero también se nos presentaba como novedad la presencia de un coro auspiciado también por la AAOBS que sin duda abre aún más los brazos del proyecto OBS, sin dejar de mirar a quien habrá de sucederlos, a la par que consiguen ser estímulo para que ellos alcancen un gran nivel de excelencia y motivación.
Esto permitía presentar un programa dividido nítidamente en una primera parte instrumental y una segunda vocal, con la presencia de dos solistas. Abría la obertura de la ópera 'Admeto, re di Tessaglia' HWV 22 de Haendel, con su característica inspiración francesa mediante un tiempo lento apuntillado y un 'Allegro' fugado, pero sin que se repita la primera sección, característico de las oberturas haendelianas. Se presentaba con la cuerda a 1, y en ella no encontramos todavía la afinidad de entonación requerida, algo que hacemos extensivo al 'Concerto grosso Op.3 nº5' en Re menor HWV 316 de Haendel, en el que también participaron dos oboes, que otorgaron ese color característico de la música haendeliana. Es indudable que la reducción del tutti a la unidad dejaba poco margen a cualquier desvío.
El violonchelo fue el agraciado con la posibilidad cumplida de oírsele en concierto, con uno muy querido por la casa, el RV 401, que Murillo solventó con una gran agilidad en las vertiginosas escalas que se le presentan y con una elocuencia expositiva interesante, aunque todavía podía haber incidido más en esa especie de 'pathos' al que el concierto induce. Es una de las obras más enigmáticas de Vivaldi porque, además de su tonalidad menor, la tesitura de los violines primeros es inusualmente grave (están escritos en una clave infrecuentísima para ellos, la de Do en 1ª) y presenta un centro umbrío donde inusualmente los violines segundos van al unísono con las violas, lo que además 'adelgaza' la habitual 'reciedumbre' como dúo. Lo decíamos hace poco de la viola 'da gamba' y ahora lo hacemos de este chelo: probablemente las cuerdas de tripa -no sabemos si por la marca, el exceso de resina, el tipo de arco o qué, creaba 'turbulencias', falta de claridad en las zonas más graves, lo que partes que no se pudieron oír y que son muy difíciles de tocar.

La irrupción coral supuso animó la segunda parte y fue sumando interés en el conjunto. En primer lugar, por la audición del motete 'Der Gerechte kömmt um', que se basa musicalmente en uno latino 'a capella' de Kuhnau (antecesor de Bach en Santo Tomás de Leipzig) a 5 partes, que tradujo al alemán Lutero y que Bach arregló en la parte instrumental añadiendo dos traversos, dos oboes, cuerdas y bajo continuo. El coro dio muy buena impresión desde el principio, y aún más lo haría cuando ocuparon sus respectivos sitios, ya que el director los había acercado colocándolos detrás de la cuerda y comprobamos que el esfuerzo no se recompensaba del todo ya que tan cerca unos de otros las voces se confundían un tanto, aunque como decimos, la impresión fue magnífica.
Sinceramente, el plato fuerte fue la 'Cantata BWV 62 'Nun komm, der Heiden Heiland'' de Bach, seguramente porque fue lo que más se trabajó, a pesar de que reunía a todos los actantes y con ello se abrían nuevos frentes. Hemos de consignar la oportunidad de la obra. En primer lugar, porque supone un 'descanso' de las obras programadas sistemáticamente cada año en todo el mundo en torno a la Navidad, contraponiendo la belleza bachiana de una cantata como esta, de minutos, frente a obras de mayor calado, de horas. Por otro lado, la inclusión de este concierto no podía ser más oportuna porque lo oíamos al día siguiente (día 4) del domingo de Adviento, habiéndose estrenado la cantata el día 3 de diciembre de 1724, es decir, hace 299 años y un día. Por último, la coyuntura que procura el ciclo 'Otoño barroco' de dejarnos un año más justo a las puertas de estas señaladas fiestas.
Pero hubo más. El director asumió la máxima luterana de traducir los textos bíblicos a la lengua vernácula de cada pueblo, así que García de la Paz preparó al público presente para cantar la repetición del coral que cerraba la cantata en español, proyectando la sencilla partitura para quienes supieran leerla y en todo caso seguir el texto. Y una de dos, o la mayoría supo leer la partitura o su retentiva musical fue razonablemente buena. Si cantantes de pop y rock piden a su público que canten con ellos, el que se pida la participación activa de los asistentes a una obra de Bach cantada no deja de imbuirnos más plenamente en su música.
Para entonces el coro se había colocado detrás, lo que ganó en claridad de forma inmediata, y los cantantes realizaron un gran papel. A Ariel Hernández lo conocemos bien, como voz de tenor que busca una impostación no excesivamente presente, con lo que se nos muestra de canto relajado y de dicción muy clara, procurando siempre la expresión del texto. A Víctor Cruz también lo recordamos (en realidad, a ambos este mismo año en la 'Pasión según San Marcos' de Keiser). A su voz clara y poderosa de barítono añade algunas notas graves con la profundidad de un bajo, y aún desde cualquier zona afrontó las numerosas coloraturas con una claridad prístina y procurando mantener el color de su registro siempre. El coro estuvo cada vez mejor, hasta el punto de que al repetir el último coral como propina nos pareció que superaba al primero.
Llevamos dos de dos conciertos contando con los sobretítulos: esto es un gran regalo añadido. Entramos oficialmente en tiempo de Navidad.
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