sociedad
Cómo vender un invento y no morir en el intento
Cerca de cuarenta inventores se dan cita en Valladolid con el objetivo de promocionar sus productos y encontrar a alguien que los comercialize

Cerca de cuarenta inventores se dan cita en Valladolid este fin de semana en la Feria Internacional de Inventos e Inventores , un certamen que se celebra por segundo año consecutivo con el objetivo de los creadores de dar a conocer su producto para poder sacar la máxima rentabilidad a su idea.
Desde que se logra culminar el invento hasta que llega a ser comercializado hay un trabajo muy intenso, que no siempre acaba con final feliz. El presidente de los inventores de Castilla y León, Enrique Villacé, explica que lo primero que pregunta a aquéllos que llegan a la asociación con un invento es «¿Qué quieren hacer con él?». «Es importante saber si lo desarrollas para el público final o para ceder los derechos a una empresa», apunta.
No divulgarlo antes de registrarlo
Un aspecto muy importante en este primer momento es el de patentar el producto, sobre todo si el objetivo es comercializarle. Una de las responsables del departamento de información tecnológica de la Oficina Española de Patentes es Consuelo Espejo, quien insiste en la importancia de «no divulgarlo antes de registrarlo». En este sentido, indica que uno de los problemas a los que se enfrentan habitualmente es que los creadores «van demasiado deprisa».
Una alternativa a las patentes son «los contratos de confidencialidad como el de la fórmula mágica de Coca-Cola», explica Montse García, de «Inmentor», una empresa dedicada a asesorar a los inventores para que saquen el máximo rendimiento a su idea. Su compañero, Alessandro Di Marco, apunta el principal consejo para todos aquellos que tengan un invento: «Lo primero es mantener el secreto, luego controlar lo que se divulga y por último no regalar el invento». «El que mejor sabe el valor que puede tener una idea es el que la ha creado», apunta Montse, quien también advierte que está el riesgo de que en el afán por llegar al mercado «se den más derechos de los necesarios».
Comercialización
El último paso es la comercialización. Éste es, sin duda, el mayor quebradero de cabeza para los inventores: «Tienes una idea que es buena, pero es difícil hacerla llegar al mercado», cuenta César Gancedo, que ha creado un sistema para estabilizar objetos como escaleras o mesas. Se trata de un método hidráulico con el que evita el problema de los escalones galardonado en la Feria de inventores de Ginebra . «Aquí está todo muy difícil», añade.
Otro de los inventores que han acudido a la feria vallisoletana es José Almansa, quien ha ideado un sistema «para suplir las habituales cadenas que se ponen a los coches». Reconoce que le idea surgió «porque era muy complicado ponerlas» y explica que acude a esta feria con «el objetivo de encontrar una empresa que lo quiera comercializar».«Un invento es una solución a un problema y la sociedad debe conocer que hay una solución»
Por su parte, Enrique Lillo expone su «silla multiusos y multialturas», que se le ocurrió «viendo un vaso de viaje que estaba boca abajo que me recordó a un taburete». Este inventor reconoce que es complicado «encontrar inversores», aunque confía en que su producto «aporta algo que no hay en el mercado». «Un invento es una solución a un problema y la sociedad debe conocer que hay una solución», añade el presidente de los inventores castellano y leoneses.
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