El Canal de Corinto vuelve a reabrirse
El proyecto que Nerón no pudo terminar y que se hizo en el siglo XIX recupera el tráfico marítimo tras largas reparaciones
El barco más grande que ha pasado nunca (y lo volverá a hacer) por el Canal de Corinto

A primeros de julio se ha vuelto a abrir al tráfico marítimo el Canal de Corinto, que permite a los barcos de menos de 21 metros de ancho (manga máxima para los marinos) cruzar esta parte del Mediterráneo y pasar de las aguas ... del golfo del Sarónico en el mar Egeo a las del golfo de Corinto en el mar Jónico, sin tener que costear todo el Peloponeso, rocoso y con oleaje y viento.

Albania
Grecia
Turquía
Mar
Jónico
Mar
Egeo
Canal de
Corinto

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Corinto
Así se ahorran recorrer más de 130 millas, lo que representa tiempo y combustible, compensando el pagar una cantidad importante. El señor Tassos, de la Compañía del Canal de Corinto Aedik, calcula que para cruzar el canal un velero o yate privado de 25 metros (82 pies) de eslora pagará ahora 810 euros, impuestos incluidos, y si es de 35 metros (casi 115 pies), 1.200 euros. Si es un carguero pequeño, por ejemplo, que viene de Turquía y se dirige al Adriático, necesitará remolcador y piloto y pagará según su tonelaje, cantidades superiores a los 1.700 euros.
Se paga por transferencia, tarjeta de crédito o efectivo y no hay lista de espera: las embarcaciones se comunican con el canal por VHF cuando están a dos millas de distancia y según el tráfico, pasan de inmediato o esperan unos minutos. En algunos casos se necesitará que se doblen los dos puentes sumergibles del canal.
Comercial y turístico
Llevaba muchos meses cerrado, debido a las obras de restauración para evitar peligrosos deslizamientos de tierra ocurridos en 2020 y 2021. Y volverá a cerrarse en el mes de octubre, para continuar las obras. Se abrirá de nuevo en junio próximo otros cuatro meses y se espera que los trabajos terminen antes de diciembre. Su presupuesto total es de 32 millones de euros. El propio primer ministro griego Kiriakos Mitsotakis recorrió el canal días antes de su apertura, afirmando que el año que viene el canal estará «completamente seguro y blindado para futuras décadas».
«No para de pasar gente por aquí», dice la amable Eleni Angelou, de la Organización de Turismo de Loutraki, la pequeña ciudad balneario cercana. «Se paran los autobuses turísticos y vehículos privados para sacar fotos, viene gente a saltar desde el puente ('bungee jumping') y muchos hacen pequeños cruceros en la zona, navegando sólo por el canal o incluyendo varias islas cercanas».
Lo dice mientras reparte folletos sobre Corinto y todo el Peloponeso a turistas del mundo entero (salvo chinos, rusos y ucranianos este año). Aunque el canal ha estado cerrado varios meses al tráfico marítimo y lo volverá a estar a partir de octubre, la gente se para a verlo. A pocos metros, las encargadas de la empresa de los saltos no paran de atender a los visitantes: no se necesita cita previa y llegan a tener hasta 40 personas saltando al día, desde las 10 hasta las 17.30 horas. «Solo paramos cuando pasa un barco por razones de seguridad. Las que más saltan son las chicas hasta 35 años, aun con las parejas, vemos que saltan ellas primero», cuenta riéndose a ABC Eftijía, la encargada de zulubungy.com.
Desde la Antigüedad
La historia de este canal es larga y compleja. A partir del siglo VII a.C. en la época del tirano de Corinto Períandros ya estaban comunicados el golfo de Corinto con el Sarónico por una calzada con carriles sobre la que 'rodaban' las embarcaciones de la época a través de un sistema de ruedas y contrapesos denominado 'diolkós'.

Períandros, proyectó también excavar un canal y no lo consiguió. El Emperador Nerón en el año 67 comenzó la obra, con una pala de oro y con la mano de obra de 6.000 presos judíos que Vespasiano le envió, pero con su muerte se abandonó el proyecto. En el s. XIX se volvió a estudiar la obra y más tras la apertura del Canal de Suez. Lo encabezó el general e ingeniero húngaro István Türr, con un proyecto del ingeniero hidráulico, también húngaro, Béla Gerster y en 1882 se constituyó la Sociedad Internacional del Canal Marítimo de Corinto, fundada por Türrr y el banquero francés De Reinach.
Los elevados gastos, debidos a los estudios geológicos incompletos y a la necesidad de más equipamiento, causó la bancarrota de la compañía y finalmente un mecenas griego, Adreas Syngrós, creó una nueva sociedad que continuó la construcción del Canal en 1890 con la ayuda de Gerster. La inauguración oficial tuvo lugar el 25 de julio de 1893, en presencia del Rey Jorge I de Grecia.
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