LEÓN XIII (1873-1903)

Su Papado podría quedar resumido con un único verbo: reconciliar. León XIII reconcilió a la Iglesia con el mundo, la fe con la ciencia y el papado con Italia. Fueron muchas las heridas abiertas que comenzaron a cicatrizar durante este período, a pesar de que hubo momentos de gran tensión con el Gobierno del país transalpino al defender la soberanía temporal del Papa.

León XIII abordó los problemas del mundo obrero con todas crudeza y realismo, lo que le llevó a publicar en 1891 la Encíclica «Rerum Novarum» con la que quedaba patente la preocupación del papado por los temas de índole social y, en concreto, por una de las mayores dificultades que se presentaron durante el siglo XIX: la degradación de los trabajadores. A partir de entonces a León XIII se le pasó a denominar el «Papa de los obreros». Además, su fuerte curiosidad intelectual le movió a estimular decididamente las ciencias, la historia, la astronomía o la arqueología. Para la historia ha quedado como un Papa que consiguió reconciliar a la Iglesia con el mundo moderno.