El ejercicio del poder

Aquello del ejercicio del poder ha tomado otro significado, más literal, en el caso de Condoleezza Rice. La secretaria de Estado de EE. UU., en su ascendente encarnación como estrella de «rock» en la diplomacia internacional, se ha prestado empezando ayer -y durante tres días consecutivos- a compartir con un canal local de televisión en Washington, afiliado a la cadena NBC, su férrea rutina de ejercicio para mantenerse en excelente forma física a los cincuenta y un años. Algo muchísimo más simpático, televisivo, saludable y popular que presumir de ser un gran conocedor de los vinos de Burdeos.
En esta demostración de diplomacia muscular y ágil, la secretaria de Estado ha acompañado a la periodista Bárbara Harrison, que estos días protagoniza una serie matinal en el programa «News 4 Today» del canal WRC sobre sus esfuerzos para perder unos cinco kilos de sobrepeso. Llegando a contar a la audiencia lo que va a comer cada día y su régimen de gimnasia. Y como guinda de esta saga adelgazante, la periodista ha logrado la cooperación de su vieja amiga Condoleezza Rice, la mujer con mayor perfil político dentro de la Administración Bush.
En la entrega de ayer, las dos amigas vestidas apropiadamente para sudar se han presentado en un moderno gimnasio instalado en la sede del Departamento de Estado. Y allí ha tenido lugar todo un festival de caminatas, flexiones, contorsiones y pesas. Imágenes poco usuales pero que demuestran que el secreto de Rice para mantener la forma, pese a tanto banquete híper-calórico y descontrol de horarios, no es otro que levantarse donde quiera que esté a las cuatro y media de la mañana para doblegar cualquier acumulación de grasa con casi una hora de intensivo ejercicio.
Tenis y patinaje sobre hielo
Dentro de estos esfuerzos gimnásticos, Condoleezza Rice también cuenta con un arma secreta: su entrenador personal, un veterano de los marines que responde al nombre de Tommy y que supervisa el ejercicio físico de su patrona como si estuviera vigilando las puertas de la Casa Blanca. A la responsable diplomática también le gusta -cuando tiene tiempo- jugar al tenis. Afición que ha compartido con el presidente Bush. Rice, además, durante su prodigiosa juventud tuvo un pasado intensivo en la práctica del patinaje artístico sobre hielo, con heridas que explican su predilección por ejercicios que no castiguen mucho más las articulaciones.
Acosado por las preguntas periodísticas, el portavoz del Departamento de Estado, Adam Ereli, ha insistido en que los segmentos grabados durante el pasado sábado -tras una intensiva gira diplomática de Condi por Oriente Medio y antes de marcharse a Afganistán, la India y Pakistán con el presidente Bush- no constituyen en ningún caso un vídeo de ejercicio a lo Jane Fonda. Pero en el segmento previsto para hoy, la NBC promete que la señora Rice explicará con todo detalle «aquella vez en que engordó y lo que hizo para adelgazar».
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