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Más de sesenta años con el DNI a cuestas

El nuevo documento electrónico 3.0 es el enésimo modelo de los españoles desde que Franco creara el primero con el requisito de que cupiera en el bolsillo

Más de sesenta años con el DNI a cuestas ABC

I. V.

Hace una semana, Jorge Fernández Díaz presentaba el nuevo DNI electrónico 3.0 , un avanzado documento que incluye medidas de seguridad que dificultarán la usurpación de la identidad, que podrá ser usado como documento de viaje electrónico y que permitirá la comunicación con «smartphones». Este último formato es el enésimo Documento Nacional de Identidad que han tenido los españoles desde que, en 1944, Franco pusiera en marcha el primero, sin más requisitos para el diseño que cupiera en la cartera del bolsillo, que las tintas fueran inalterables a la luz y que pudiera contener una impresión dactilar y una fotografía del titular.

El ganador del concurso público fue Aquilino Riusset Planchón, que recibió un premio de 30.000 pesetas de la época. Sin embargo, Franco tuvo que esperar nada menos que siete años, hasta 1951, para estrenar el suyo. Como no podía ser de otra manera, recibió el número 1 , mientras que a su esposa, Carmen Polo , se le asignó el 2; y a su hija, Carmen Franco , el 3. Dejaron libres del 4 al 9, hasta que a la Familia Real se les cedió del 10 al 99 a partir de 1961.

Aquel primer formato se hizo primero obligatorio para los presos y los que permanecían en libertad vigilada. Después, a los hombres cuya profesión o negocio se trasladaba con asiduidad de domicilio. Más tarde, a los varones que residían en las ciudades de más de 100.000 habitantes, luego a las mujeres que viajaban por motivos de trabajo y, así, sucesivamente hasta completar el conjunto de la sociedad. Cabe señalar que, durante este periodo, se produjeron miles de errores en los nuevos DNI, tales como incluir datos erróneos o expedirse por duplicado, debido a que se emitían de forma manual, y no mediante sistemas informáticos como en la actualidad.

«De los países más seguros del mundo»

Desde entonces, los españoles han tenido un total de siete ocho tarjetas diferentes, que han reflejado a la perfección la evolución social y política del país, desde el exhaustivo control de la dictadura, a la nueva libertad de la Transición , pasando por la normalización democrática o la revolución tecnológica que ha encontrado su último peldaño en este DNI electrónico 3.0, con el que el ministro del Interior asegura «haber hecho realidad que España sea uno de los países más seguros del mundo».

El DNI no envejece, sus poseedores sí. En estos 64 años ha cambiado de apariencia periódicamente. El primero, el que Franco recibió en 1951, incluía los datos de filiación, la profesión, el cargo desempeñado y la categoría del poseedor en arreglo a su economía. Era de color verde y adjuntaba, como no podía ser de otra manera, el águila imperial del régimen .

El segundo formato llegó en 1962. Curiosamente, hasta esta fecha, el documento se entregaba a todos los extranjeros que residían en España, sin excepción. A partir de esta fecha, y por el Real Decreto 357 con fecha 22 de febrero, el DNI se otorgó, únicamente, a los españoles. En ese momento se incorporó también el estado civil y el grupo sanguíneo, y se hizo desaparecer el sexo del portador. Además, se cambió su color por el azul, que respondía al tono corporativo de la Policía.

El último DNI franquista

Este formato solo duro tres años, pues, en 1965, se creó el tercer DNI de la historia de España. Fue, además del último de la era franquista, el más longevo de todos, pues estuvo vigente desde 1965 hasta 1980. No era muy diferente al anterior, pues se mantuvieron los mismos datos y, únicamente, se retiró la firma del director del equipo que expedía el carné con respecto al anterior.

En 1981, el año en el que muchos dan por finalizada la Transición, tras el fracaso del golpe de Estado del 23-F y la salida de la presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez , llega el primer DNI plenamente de democrático. En este sentido, la variante más significativa del cuarto modelo, vigente desde 1981 hasta 1985, fue la incorporación del escudo constitucional. Tal fue así, que la supresión de la categoría del titular en arreglo a su economía y la inclusión, una vez más, del sexo del ciudadano quedó en un segundo plano.

El quito modelo de DNI estuvo en el bolsillo de los españoles desde 1985 a 1991. En él se suprimieron una serie de datos del titular que, desde entonces, consideraron irrelevantes, tales como su profesión, el estado civil o su grupo sanguíneo. La decisión sobre este último se debió a que, muchas veces, provocaba errores médicos.

La revolución tecnológica

La década de los 90 fue quizá la que estableció los cambios más radicales en los cuarenta años de vida que tenía el DNI, los que marcarían el camino hacia los futuros modelos de la mano de la tecnología. A partir de aquel año, comenzaron a realizarse incluyendo los últimos avances informáticos, hasta el punto de que la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre se encargó de su fabricación y, más importante aún, se prescindió de la huella dactilar, requisito imprescindible de aquel primer modelo de 1944.

El último modelo antes del DNI electrónico 3.0 se fue implantado gradualmente hasta 2007 y adjuntaba un «chip» que agilizó los trámites con la administración pública e internet. Todo un avance tecnológico que queda ahora en nada con la firma electrónica del nuevo documento, con el que se podrán hacer gestiones sin necesidad de desplazarse a las sedes de los organismos públicos y garantizando la identidad, aún más, frente a suplantadores. ¿Cuánto durará este nuevo modelo ?

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