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Alumbrado Navideño en el siglo XVII en Toledo

DESDE ANTIGUO LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA TIENE EL HÁBITO DE ENCENDER FUEGOS DURANTE LA NOCHE DE NAVIDAD. Y TOLEDO LO HACE, AL MENOS, DESDE 1629

Alumbrado Navideño en el siglo XVII en Toledo

DESDE ANTIGUO LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA TIENE EL HÁBITO DE ENCENDER FUEGOS DURANTE LA NOCHE DE NAVIDAD. Y TOLEDO LO HACE, AL MENOS, DESDE 1629

Las celebraciones navideñas, tal y como las conocemos en nuestros días, son un conjunto de tradiciones y ritos procedentes de diferentes culturas, que se han ido consolidando durante siglos. Actualmente, en torno a la festividad del Nacimiento del Niño Jesús, se concentran una parafernalia de aditamentos, que en ocasiones han arrinconado el verdadero sentido religioso de estas fechas. Hemos dado tanta importancia a algunos de estos elementos, que nos sirven de parámetro para juzgar y valorar el éxito o fracaso de la Navidad. De entre todos ellos, el alumbrado es uno de los más significativos.

En el presente año la controversia a alcanzado una elevada dosis. Algunas ciudades, por aquello de la crisis, han reducido considerablemente las partidas económicas dedicadas a estos fines. Otras, por el contrario, lo han incrementado bajo el argumento de que un buen alumbrado incentiva el consumo y anima los barrios comerciales. Además, la polémica se ha instalado también en la determinación de la fecha de encendido de la iluminación extraordinaria. El director del Instituto de Consumo de Castilla-La Mancha ha sido claro al respecto: «las navidades deben tener su época y han de comenzar cuando antiguamente lo hacían».

Estas sensatas palabras fueron la voz que clama en el desierto, porque según un estudio de la Asociación pro Derechos Civiles, Económicos y Sociales, las ciudades españolas han ampliado un 20 por 100 las horas de encendido durante la Navidad, lo que supone una media de 205 horas en cada una de ellas, permaneciendo el alumbrado durante 35 días, cinco más que en 2008.

Desde antiguo se introdujo en la civilización cristiana el hábito de encender fuegos durante la noche de Navidad, como expresión simbólica de la «iluminación» que a todos aportaba el nacimiento de Jesucristo. Se adoptaba así una tradición precristiana que el tiempo ha consolidado y magnificado. Pero no seamos tan ingenuos de pensar que las exigencias sobre el alumbrado navideño son cosa de los últimos tiempos. No, en el siglo XVII ya se pedía al Ayuntamiento de Toledo que adoptase tales medidas.

BANDOS Y FELICITACIONES

Entre los documentos que se conservan en su Archivo Municipal figura una solicitud presentada en 1629 para que el Consistorio publicase un bando sobre la necesidad de iluminar las calles de la ciudad en tan señaladas fiestas. En el texto puede leerse: «La noche de Navidad, ansí por la solemnidad de la fiesta como por la mucha gente que anda derramada por la Ciudad, se ha juzgado por muy combeniente y de mucha gloria de nuestro Señor, se ençiendan luçes en las ventanas, especialmente en las calles mas principales, que demás de ser demostraçión de alegría por el nacimiento de el Príncipe de el çielo, se evitaran muchos imcombenientes que suele aber aquella noche y las personas que ban a las Iglesias, a maitines, irán con más comodidad y seguridad».

El texto completo de esta antigua solicitud puede ser consultada en la página web del Archivo Municipal de Toledo (www.ayto-toledo.org/archivo) junto a otros documentos de sus fondos. Entre ellos hay, también, una sentida felicitación que en 1786 el marqués de Cogolludo y duque de Santiesteban remitió desde Madrid a la Ciudad Imperial: Excelentísima Señora. Muy señora mía: A la fineza y expresiones que Vuestra Excelencia me hace con motivo de Pascuas, correspondo deseando que en ellas y en todos tiempos logre las mayores felicidades y que nuestro señor guarde a Vuestra Excelencia muchos años. Estas palabras eran contestación a la felicitación remitida desde el Ayuntamiento. De los primeros años del siglo XIX se conservan manuscritos utilizados por el Consistorio para transmitir sus mejores deseos a nobles y autoridades de la patria: En el anuncio de las Pasquas del Santo Nacimiento expresa nuestra atención con el más glorioso motivo el deseo de que logre Vuestra Excelencia las más felices en que se interesa nuestro respeto en quanto sea del mayor agrado ..., reza uno de los textos fechados en 1804. Unos años después, hacia 1843, comenzaron a imprimirse y comercializarse en Londres las primeras tarjetas postales destinadas a felicitar la Navidad y que se popularizaron bajo el nombre de christmas.

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