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Benedicto XVI, con aspecto de Santa Claus

El papa Benedicto XVI ha dedicado una oración a las poblaciones afectadas por el tsunami de diciembre de 2004 y a todas las víctimas de catástrofes naturales en el mundo, en su audiencia general, la última del año 2005.

Unos 20.000 peregrinos acudieron a escucharlo a la plaza de San Pedro del Vaticano a pesar del viento glacial.

Para protegerse del frío, el Pontífice estaba tocado con un camauro, un bonete de terciopelo rojo rodeado de una piel blanca, y envuelto en una capa roja, todo lo cual le daba un aspecto de Santa Claus.

Benedicto XVI indicó que se unía a las "ceremonias de estos últimos días que permitieron unir a las poblaciones afectadas hace un año por el tsunami", recordando que el maremoto "provocó innumerables víctimas humanas y daños considerables" en el sureste asiático.

El Papa oró al "Señor por los que, en otras regiones del mundo, han sufrido las consecuencias de catástrofes naturales, y que aún esperan nuestra solidaridad concreta".

El tsunami del 26 de diciembre de 2004 provocó más de 220.000 muertos y desaparecidos, y dejó sin hogar a millones de otros habitantes de los países de la cuenca del océano Indico afectados por la catástrofe.

El Papa evocó igualmente a "aquellos cuya fe y vida cristiana son frágiles", afirmando que "también forman parte del edificio espiritual que es la Iglesia".

"Aunque no constituyen la parte más perfecta de la Iglesia", esas personas "que en la comunidad cristiana son las más frágiles en su camino espiritual (. . . ) aman a Dios y a su prójimo", afirmó Benedicto XVI.

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