Sonríe, que algo queda
BAJARSE al moro ya no es lo que era, y Marruecos se ha convertido casi en un lugar de peregrinación obligado para los miembros del Gobierno socialista. Ayer le tocó el turno a la vicepresidenta primera del Gabinete de Rodríguez Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega, que ha pasado veinticuatro horas de visita oficial en el Reino alauí.
En el horizonte, la reunión de alto nivel bilateral que se celebrará el próximo mes de septiembre en Madrid. Fernández de la Vega se reunió con el primer ministro, Dris Yetú, y otros miembros de su Gobierno. Todos están encantados, y no es para menos, con el giro que han dado las relaciones bilaterales. Pero la realidad, siempre tozuda, sigue ahí. ¿Seguridad? Se mejoran los contactos. ¿Emigración clandestina? Imposible el optimismo. Eso sí, ante todo, con Marruecos, la sonrisa.
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