Rumsfeld dice que retirar las tropas de Irak «sería como devolver Alemania a los nazis»
El secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, considera que "dar la espalda al Irak de posguerra" y retirar las tropas "sería el equivalente moderno de devolver la Alemania de posguerra a los nazis".
"Sería una desgracia tan grande como si hubiéramos pedido a las naciones liberadas de Europa del Este que volvieran a la dominación soviética porque fuera demasiado duro, o porque no tuviéramos la paciencia necesaria para trabajar con ellos mientras construían unos países libres", afirma en un artículo publicado en 'The Washington Post' con motivo del tercer aniversario de la invasión estadounidense y británica de Irak, la madrugada del 20 de marzo de 2003.
En su texto, Rumsfeld afirma que hay quien "nunca estará convencido" de que la 'causa iraquí' merece la pena pese a sus costes, pero añade que "cualquiera que mire con realismo al mundo de hoy, y la amenaza terrorista que afrontamos, sólo puede llegar a una conclusión: Ahora es el tiempo de la determinación, no de la retirada".
El jefe del Pentágono rechaza la interpretación de que la situación en Irak está cada vez más deteriorada, y argumenta que en tres años el país "ha pasado de soportar una brutal dictadura a elegir un gobierno provisional, a ratificar una nueva Constitución escrita por iraquíes y a elegir un Gobierno permanente".
Valora además que la participación de los suníes en el proceso político es cada vez mayor y que, aunque "los terroristas están decididos a echar leña al fuego de la tensión religiosa e intentan encender la chispa de una guerra civil", la "gran mayoría de los iraquíes quiere que su país siga unido y libre de conflictos étnicos".
Así lo confirma, argumenta, el hecho de que durante la violencia desencadenada el mes pasado por el atentado contra la mezquita chií de Samarra, que dejó más de cien muertos, "líderes de varios partidos políticos y grupos religiosos condenaron la violencia y pidieron calma".
Destaca además la creciente autonomía del nuevo Ejército iraquí, detallando que un centenar de batallones participan en las operaciones y de ellos 49 controlan completamente su zona. El 75% de las operaciones actuales, añade, incluyen participación iraquí y la mitad de ellas son planeadas y desempeñadas íntegramente por iraquíes. Fueron las tropas iraquíes y no las estadounidenses, prosigue, las que lograron contener la violencia.
Rumsfeld asegura que "la gran mayoría del pueblo iraquí quiere que la coalición tenga éxito", y "no quieren que ganen los extremistas", y "están arriesgando sus vidas todos los días para dar seguridad a su país". En su opinión, describir la situación de Irak como "muy peligrosa" o "preocupante" sólo es válido desde el punto de vista de los terroristas, que deberían "describir así su propia situación".
Gobierno de unidad nacional
Por su parte, el presidente George W. Bush, que dijo sentirse "alentado" por los progresos en Irak, instó a los partidos políticos en ese país a acelerar sus negociaciones para la formación de un gobierno de unidad nacional.
A su regreso a la Casa Blanca tras pasar el fin de semana en la residencia campestre de Camp David (Maryland), el presidente indicó que hoy había hablado con su embajador en Bagdad, Zalmay Khalilzad, quien le transmitió un informe positivo sobre la situación.
"Animo a los líderes iraquíes a seguir trabajando duro para poner en marcha ese Gobierno" de unidad nacional, destacó el presidente, quien se refirió al "tercer aniversario del comienzo de la liberación de Irak" para pedir a los ciudadanos que "expresen su agradecimiento" por el sacrificio de las tropas.
EEUU mantiene desplegados cerca de 130.000 soldados en el país árabe, donde han muerto más de 2.300 militares estadounidenses desde el comienzo de la guerra. "Estamos poniendo en práctica una estrategia que nos llevará a la victoria en Irak. Una victoria en Irak hará a este país más seguro y contribuirá a sentar las bases de la paz para las generaciones futuras", prometió el presidente.
En términos similares se manifestaron otras personalidades del Gobierno que hablaron hoy ante los medios para marcar el aniversario, que coincide con una escalada de la violencia en el último mes que ha dejado cientos de muertos y unos temores crecientes ante la posibilidad de una guerra civil en el país árabe.
En una comparecencia en el programa "Face The Nation" de la cadena CBS, el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, descartó que Irak se encuentre sumido en una guerra civil y consideró que los actos de violencia, en cambio, demuestran que "los terroristas han alcanzado un estado de desesperación".
"Lo que hemos visto es un intento serio de fomentar una guerra civil, pero no creo que hayan tenido éxito", sostuvo Cheney, quien atribuyó la opinión cada vez más negativa de los estadounidenses sobre la guerra a las imágenes de violencia en televisión, que hacen caso omiso "a todo el trabajo de ese mismo día en otras quince provincias" iraquíes.
Por su parte, el comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, el general George Casey, opinó en declaraciones a la cadena NBC que estas tropas permanecerán en ese país aún durante algunos años, aunque su número se reducirá a medida que los soldados iraquíes puedan hacerse cargo de la seguridad.
Según las últimas encuestas, menos del 40 por ciento de los estadounidenses creen que la guerra marcha bien para Estados Unidos.
Esta percepción ha arrastrado a su vez al presidente George W. Bush a los índices de popularidad más bajos en sus cinco años de mandato, entre el 33 y el 37 por ciento, según los sondeos.
Bush tiene previsto continuar su campaña de defensa de la guerra mañana, lunes, en Cleveland (Ohio), con un discurso en el que, según la Casa Blanca, ofrecerá "ejemplos concretos" de la colaboración entre EEUU e Irak para devolver la calma al país árabe.
A lo largo del día de hoy están convocadas manifestaciones contra la guerra en diversas ciudades del país. Ya el sábado, cerca de 7.000 personas se dieron cita en el centro de Chicago, y otras mil en la plaza Times Square de Nueva York, para protestar contra el conflicto.
El congresista demócrata John Murtha, uno de los oponentes más destacados a la guerra, reiteró hoy su llamamiento para la salida de Irak en un plazo de seis meses. "Tenemos que decirles a los iraquíes: 'ésta es su guerra, no la nuestra. Ya tienen un Gobierno electo, ahora depende de ustedes arreglar esto'", opinó Murtha.
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