Una huelga salvaje
CERCA de 8.000 trabajadores de las empresas de autobuses urbanos e interurbanos de la Comunidad de Madrid irán hoy a huelga. También han sido convocados los conductores de los sectores discrecional, turístico y de transporte escolar, pese a que tienen firmado un convenio con sus respectivas patronales. Los sindicatos piden un incremento salarial de 75 euros mensuales, la subida del IPC anual más un punto, la inserción de la cláusula de revisión salarial, la vigencia del convenio por un solo año, y la reducción de la jornada a 35 horas semanales. Y amenazan con convertir la huelga en indefinida desde pasado mañana si las empresas no cierran los 2.000 expedientes que han abierto a los trabajadores. Las patronales dicen que las peticiones suponen una subida de más del 30 por ciento y que la Unión Europea dictó el pasado 27 de marzo, una normativa que establece la jornada laboral en 40 horas y acepta hasta un máximo de 60 horas ajustables en un periodo de computo de cuatro meses, dadas la irregularidad y estacionalidad de la demanda en el sector.
Con estos antecedentes, y si ocurre como en las cuatro jornadas de huelga anteriores, no habrá servicios mínimos y sí piquetes incontrolados, lo que producirá la paralización de la totalidad del transporte interurbano de la región. La negociación del convenio, que comenzó hace cuatro meses, se ha enconado por haberse producido una ruptura en la alianza sindical USO-SLT y por la creación de una nueva patronal escindida de ASINTRA, ambas con escasa experiencia negociadora. La pasividad de la Comunidad de Madrid, la Delegación del Gobierno y los ministerios afectados, en especial el de Interior, no puede mantenerse ante una huelga salvaje de estas características.
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