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ABC Cultural

Perera arrasa al vendaval José Tomás

Perera arrasa al vendaval José Tomás

Plaza de Olivenza. Sábado, 6 de marzo de 2010. Segunda de feria. Lleno de «no hay billetes». Toros de Núñez del Cuvillo, correctos de presentación y de interesante juego; destacó el extraordinario 3º; el peor el 5º.

El Fundi, de nazareno y oro. Estocada corta desprendida (oreja). En el cuarto, más de media caída y dos descabellos. Dos avisos (saludos).

José Tomás, de lila y oro. Estocada delantera (dos orejas). En el quinto, estocada baja (saludos).

Miguel Ángel Perera, de canela y oro. Estocada (dos orejas y rabo). En el sexto, estocada (dos orejas). Salió a hombros con José Tomás.

«¡Vivan los toros en Cataluña!» Era la voz del pueblo. El eco recorrió los tendidos, repletos al reclamo de José Tomás, y estalló en una ovación por la libertad. Tampoco faltó la ironía popular: «Si ellos no quieren Fiesta, abajo la butifarra». Ayer era tarde de jamón «patanegra». La máxima figura extremeña, Miguel Ángel Perera, se batía en duelo con el héroe de Galapagar. No hubo duelo al sol —oculto tras un cielo de pelaje panza de burra—, pero sí piques de capotes a la espalda y cierres de faena milimétricos en una plaza en la que faltaba la respiración. No cabía ni el aire.

El nombre de José Tomás había pasado como un vendaval por taquilla, con innúmeras peticiones de entradas, pero Perera arrasó en el marcador con cuatro orejas y un rabo frente a los dos trofeos del madrileño. Eso sí, con lotes muy distintos...

Silencio en filas cuando llegó el turno de JT. Silencio de expectación y sensaciones que se desperezaban en su primer paseíllo del año, en su regreso a Olivenza tras una larga ausencia. En su albero —resbaladizo por esa mezcla con serrín para arreglar el piso por la lluvia— pintó tres verónicas y media con aroma de torería. El toro de la interesante corrida de Núñez del Cuvillo tenía tendencia a la huida en los primeros compases y después tuvo poco recorrido. Toda la emoción del viaje la puso José Tomás. ¡Qué manera de torear! Un valor incombustible se agitaba en las calderas de su maquinaria. Valentía para amasar una faena con arte y corazón. Verdad y sentimiento en su muleta, que se estrenó con una trinchera, un cambio de mano y dos muletazos de primor. Probó por ambos pitones. Y en la segunda serie a izquierdas se traslució su pureza. La distancia precisa y el medio pecho ofrecido. Gotearon naturales a pies juntos. Y majestuoso colofón por alto. Se arrancó el enemigo en la suerte suprema y lo atrapó de una estocada. Se ganó las dos orejas.

Si no hay quinto malo, éste no fue malo, sino peor. Un asco. Todo lo hizo José Tomás, que quitó por gaoneras ante el runrún del personal. Los estatuarios sembraron el miedo; el de la firma, el de pecho y tres hondos derechazos fueron de calidad superior, aunque también hubo enganchones. Se rajó el animal y por el izquierdo desarrolló violencia, pero no le importó. Allá que fue. Se puso en el sitio y se la jugó de verdad en las distancias cortas. Las manoletinas fueron de lexatín.

Firme anduvo también Miguel Ángel Perera, que arrancó con tres pases cambiados para calentar motores. Desde el mismo platillo citó al tercer jabonero, que acudió con alegría a su muleta. Canela en rama el toro, como el vestido del matador. El de Puebla de Prior ofreció distancia en la primera serie. Le bajó la mano en la siguiente ante la algarabía de sus paisanos. Rotó como un compás y se adentró en la senda ojedista. Circunferencia invertida y uno de pecho de pitón a rabo, el mismo que luego paseó. Otras dos orejas se embolsó con el sexto, al que le planteó una faena en terrenos de cercanías. Bailó un chotis desde la tanda inicial y tanto se arrimó a su «pareja» que se llevó un achuchón. Dio un recital de valentía, pero a veces ahogó en exceso sus potables embestidas. Las bernadinas requerían un sorbo de tila.

El Fundi, aguerrido con su lote, cortó una oreja a un noble jabonero sucio. Frente al interesante cuarto, con pasajes notables, alargó demasiado.

Para extenso y al alza, el valor libre de José Tomás y Perera. Por la puerta grande se marcharon tras soñar la libertad en tiempos de prohibición.

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