«Aproximarse a ETA es un error; es dar más recursos a los terroristas»

BILBAO. Kepa Aulestia, ex secretario general de Euskadiko Eskerra, recorre en su libro «Historia general del terrorismo» el pasado y el presente de un fenómeno que considera que no está en vías de extinción. Con perspectiva histórica, advierte que ningún proceso de negociación con terroristas ha culminado con éxito y previene «a quien llega de nuevas» que no piense que va a conseguir lo que no lograron quienes ofrecieron con anterioridad «puentes de plata a ETA», porque para los terroristas «la negociación es un instrumento más de la lucha armada».
-En su análisis llega a la conclusión de que el terrorismo no busca la victoria, sino su propia perpetuación. ¿Qué sentido tendría intentar, como quieren los nacionalistas, un final dialogado para ETA?
-Cada vez que un gobierno se ha acercado a ETA, los terroristas han subido un peldaño de justificación de su propia razón de ser y en ese sentido se han cometido muchos errores. Creo que a ETA hay que dejarla cocerse en su propia salsa y sería un error mover la olla mientras tanto. También es una equivocación creer, quizás con cierto aldeanismo, que el que llega de nuevas va a conseguir lo que no ha conseguido el anterior. Sería otro error intentar precipitar las cosas aproximándose a ETA o tratando de ofrecerle puentes de plata, aunque sean puentes de plata técnicos, porque cuando se han producido negociaciones con ETA, los terroristas las han percibido como un instrumento más de la lucha armada; un recurso para su perpetuación.
-¿Qué resultados han tenido procesos negociadores en otras partes del mundo?
-Ninguno ha culminado con éxito y ni siquiera puede hablarse de negociaciones, ya que lo que ha habido han sido conversaciones técnicas.
-¿Cree que ETA está en la fase terminal en la que la ubican los más optimistas?
-Está claro que está llegando al final de su ciclo, pero no podemos dejarnos llevar por la inercia, porque el terrorismo no desaparece por sí mismo, sino que echa mano del poco oxígeno que encuentra alrededor para subsistir.
-¿Qué le parece lo más preocupante del terrorismo de Al Qaida?
-La magnitud del dinero que recaudan, en contraste con la austeridad de sus células. En otros fenómenos terroristas existe una correspondencia entre ingresos y gastos, pero a Al Qaida se le supone una capacidad de financiación infinitamente superior al gasto que genera, un dato preocupante.
-Usted ha analizado distintas variantes de terrorismo. ¿Cómo explica que el País Vasco sea el único lugar donde la amenaza recae sobre la oposición y no sobre el Gobierno?
-Lo peculiar del terrorismo en Euskadi es que surge como manifestación de una sociedad que vive en bienestar. Los actores sociales que apoyan o justifican la violencia responden a un patrón que se sitúa por encima de la media en términos de estudios, ingresos, socialización y arraigo familiar. La paradoja es que la parte de la sociedad más asentada es la que secunda la utilización de la violencia, lo que no ocurre en ningún otro lugar. En Irlanda es al revés: los católicos el sector más desfavorecido. En Euskadi el terrorismo ha sublimado una concepción de la nación que permite comprenderse a sí mismo como víctima de una situación y quienes lo secundan también se creen víctimas.
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