Francesco Cossiga
Causa indignación que una persona como Francesco Cossiga, que ha ocupado las más altas magistraturas de la República italiana, muestre su apoyo a quienes hacen del terror un arma política. Nunca pensé que Cossiga destacara por su agudeza intelectual, pero hablar de una colusión entre el Gobierno franquista de Aznar y el juez estalinista Garzón para acabar con un presunto movimiento de liberación, y dado que el contexto no permite suponer que se trate de una broma macabra, no merecería más calificativo que el de disparate, quizá gracioso, de no ser porque transforma en víctimas a los asesinos y porque arroja dudas sobre una legitimidad democrática que nos ha costado mucho esfuerzo conseguir. Sólo se me ocurren dos razones que puedan explicar el comportamiento del ex presidente italiano: la demencia senil o el sentimiento de culpabilidad por haberse opuesto en su día, cuando ocupaba el Ministerio del Interior, a la negociación con las Brigadas Rojas con motivo del secuestro y posterior asesinato de Aldo Moro.
Francisco Javier Bernad Morales.
Móstoles (Madrid).
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