Guía
¡Marchando una de bravas!: Aquí están las mejores de Sevilla
Hoy repasamos de la mano de nuestro crítico Álvaro Salinero esta receta que tan bien ha reinterpretado la hostelería sevillana
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Las patatas bravas están de enhorabuena, una receta que cumple 75 años y que se originaron en Madrid en el ya extinto restaurante La Casona.
Desde entonces se han convertido en una receta universal . En Sevilla, se popularizaron en los últimos años ... con la llegada de los gastrobares y de sus cartas menos apegadas a la tradición.
La mayoría de los ejemplos que encontramos en nuestra ciudad poco tienen que ver con la tradicional fórmula madrileña y se acercan más a versiones de patatas bravas modernas en las que el picante no tiene ni que estar presente (aunque yo siempre lo agradezco). Aquí os dejo mis favoritas:
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1. La casa del tigre
Luis Plaza está detrás de este restaurante junto al grupo Petit Comité, un espacio con una estética muy personal, ya que restauraron una casa antigua y han recuperado muchos objetos que hoy en día integran la decoración del negocio.
Cuentan con las que son para mí las mejores de la ciudad: una patata hojaldrada en capas con varias técnicas de cocción para al final rematar con un suave alioli y una salsa muy suave.
Dirección: Amparo, 9.
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2. La Pulchra
Nos vamos ahora a Nervión. A los pies del Sanchez-Pizjúan está uno de eso bares clásicos de barrio llamado la Pulchra, y dada su ubicación no nos extraña que los motivos futbolísticos estén presentes en su decoración.
En este caso, La Pulchra sirve sus excelentes bravas como tapa al pedir una bebida. Presentan una fritura clásica donde la patata viene ya impregnada en un alioli potente de ajo y con un suave toque picante.
Dirección: José Luis de Caso, 32.
3
3. Besana
El conocidísimo bar de tapas de Utrera fue el primer premiado como Bib Gourmand en nuestra provincia. Aunque cambiase de manos unos años, Besana ha sabido mantener su esencia y sigue siendo una referencia en esa cocina casual y desenfadada que encontramos en la provincia.
En este caso tienen una patata que transforman en un mini-gofre, cuyos pequeños surcos característicos se rellenan con dos salsas, una de tomate ‘achipotlado’ y otra un alioli en el que ajo no es invasivo.
Dirección: Niño Perdido, 1.
4
4. Marabunda
En la primera casa de la Azotea, Francis Balongo y Pablo Gabella abrieron hace un par de años un proyecto personal después de haber coincidido trabajando en el grupo Ovejas Negras.
Nos encontramos unas patatas bravas con una última fritura en el momento, con doble salsa como las que solemos encontrar: un alioli tirando casi más a mayonesa y una salsa atomatada aderezada con un aceite que le da algo más de vida.
Dirección: Jesús del Gran Poder, 31.
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5. Picantón
Los grandes grupos suelen apostar por este tipo de elaboraciones clásicas a las que dan un toque moderno y que son muy sencillas de preparar.
En este caso se cuela en el ranking de bravas el holding que es responsable de propuestas como Perroviejo, Bar Antojo y Picantón.
Las patatas bravas son una seña de identidad de sus restaurantes. Para hacerlas utilizan esa fórmula habitual de alioli y salsa de sofrito suave, en esta ocasión con una patata gajo y con una cantidad enorme de salsa. También añaden orégano y un aceite ligeramente picante, nada nuevo, pero funciona perfectamente.
Dirección: Cuna, 5.
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